La mayor entidad de ahorro del mundo

El 85% de los japoneses tiene una cuenta o un seguro en Correos y la mayoría ve con malos ojos la privatización de una entidad que guarda para muchos los ahorros de toda una vida. El rechazo paraliza un plan que hubiera convertido al servicio postal en el principal banco del mundo.

Junichiro Koizumi defendió desde que llegó al poder en 2001 que la privatización de la mayor institución financiera del país, que administra unos 355 billones de yenes (2,5 billones de euros) y tiene 25.000 oficinas, es crucial para la economía nacional. Según el primer ministro, la reforma permitiría reorien...

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El 85% de los japoneses tiene una cuenta o un seguro en Correos y la mayoría ve con malos ojos la privatización de una entidad que guarda para muchos los ahorros de toda una vida. El rechazo paraliza un plan que hubiera convertido al servicio postal en el principal banco del mundo.

Junichiro Koizumi defendió desde que llegó al poder en 2001 que la privatización de la mayor institución financiera del país, que administra unos 355 billones de yenes (2,5 billones de euros) y tiene 25.000 oficinas, es crucial para la economía nacional. Según el primer ministro, la reforma permitiría reorientar hacia el sector productivo una parte de la principal bolsa de ahorro del mundo, lo que revitalizaría la economía, que no termina de despegar desde la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria a principios de la década pasada.

El plan fue aceptado por la cúpula dirigente del PLD, que pidió al primer ministro que procediera a ello sin hacer referencias concretas. Pero Koizumi, un político directo muy distinto a la vieja guardia liberal, hizo caso omiso de la recomendación y en enero pasado, cuando presentó oficialmente su plan, dio detalles sobre las cuatro compañías en que se dividiría el Servicio de Correos e indicó que se retiraría "la condición administrativa de funcionario a sus empleados".

La polémica estaba servida. La sinceridad y el estilo directo que habían dado una popularidad enorme a este encantador de serpientes no funcionaron y Koizumi sólo consiguió levantar la desconfianza y el miedo de los 260.000 funcionarios de correos a perder su empleo.

El voto tradicional de los liberales está en las zonas rurales del país y en los pueblos y ciudades pequeñas donde el cartero forma parte de la identidad lugareña y con frecuencia es un puesto que mantiene la misma familia desde hace dos o tres generaciones. El partido teme ahora la cólera de los carteros y sus familias, que representan un millón de votos.

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