El modelo mestizo de Telefónica

La compañía española apuesta por invertir en varios países y mantener su actividad en el móvil y el fijo, frente a la estrategia de sus rivales, que han optado por la concentración

Telefónica tiene nuevo modelo de negocio. Después de dar bandazos desde su privatización, al socaire de los modelos de gestión aplicados por otras grandes operadoras, ha diseñado una estrategia atípica pero propia: un operador integrado de telefonía fija y móvil, diversificado geográficamente, y con presencia en mercados maduros y en desarrollo. Una estrategia, también, que implica riesgos.

El modelo es diferente al de sus grandes competidores como Vodafone, que han preferido centrar su negocio sólo en un área, o France Télécom y Deutsche Telekom, que concentran sus inversiones en merca...

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Telefónica tiene nuevo modelo de negocio. Después de dar bandazos desde su privatización, al socaire de los modelos de gestión aplicados por otras grandes operadoras, ha diseñado una estrategia atípica pero propia: un operador integrado de telefonía fija y móvil, diversificado geográficamente, y con presencia en mercados maduros y en desarrollo. Una estrategia, también, que implica riesgos.

El modelo es diferente al de sus grandes competidores como Vodafone, que han preferido centrar su negocio sólo en un área, o France Télécom y Deutsche Telekom, que concentran sus inversiones en mercados maduros.

Telefónica ha conseguido auparse al tercer puesto mundial del ranking de operadores por capitalización bursátil. La telefonía móvil es el motor de los ingresos del grupo, que también ha rentabilizado el menguante negocio de la fija gracias al acceso de Internet por la banda ancha. Latinoamérica y otros mercados como China ofrecen amplios márgenes de crecimiento, aunque sustentados en el negocio nacional.

Los riesgos más importantes de esta decisión estratégica son el aumento de la deuda de la compañía, la presión competitiva en el negocio del móvil y la incertidumbre regulatoria en varios países donde opera. Además, Telefónica, como el resto de las operadoras europeas, se enfrenta a las dudas sobre si la recuperación del sector de las telecomunicaciones es realmente sólida, y si el aumento de los beneficios se debe más bien al recorte de gastos que a la buena marcha del negocio.

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