CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Dos generaciones literarias ajustan cuentas con el pasado

Escritores de dos épocas distintas analizan un espacio común, campo de batalla para unos y fuente de inspiración para otros, e iluminan las "esquinas" de un periodo marcado por las incrustaciones del silencio

La literatura es el puente que cruza desde el horror hasta la libertad". El escritor Benjamín Prado (Madrid, 1961) explica así el objetivo del curso que dirige titulado Tiempo de respuestas y organizado por la Universidad Complutense de Madrid en San Lorenzo de El Escorial. Se trata de ocho diálogos entre dos generaciones de autores que pretenden alumbrar una época siniestra, con esquinas. La época de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos. La llamada Generación de los cincuenta, los escritores de la posguerra, frente a otra generación de escritores y poetas jóvenes. "Ha...

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La literatura es el puente que cruza desde el horror hasta la libertad". El escritor Benjamín Prado (Madrid, 1961) explica así el objetivo del curso que dirige titulado Tiempo de respuestas y organizado por la Universidad Complutense de Madrid en San Lorenzo de El Escorial. Se trata de ocho diálogos entre dos generaciones de autores que pretenden alumbrar una época siniestra, con esquinas. La época de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos. La llamada Generación de los cincuenta, los escritores de la posguerra, frente a otra generación de escritores y poetas jóvenes. "Hacer parejas entre maestros y discípulos", apunta Prado.

Almudena Grandes (Madrid, 1960) reconoce una gran deuda con "la generación del medio siglo", menospreciada por el complejo de inferioridad de los españoles. Por el rechazo de una generación a que "todo lo español era casposo". Grandes se convirtió ayer en la confesora de Ana María Matutes (Barcelona, 1926). A la cual describió como "una escritora difícil de calificar, incluso en los márgenes de su propia generación". Para ella, Matute es una escritora de la que ha aprendido "mucho de lo mejor del oficio". Según la autora de Las edades de Lulú, la generación del medio siglo se ha convertido en "el puente por donde seguir", a la que ha decidido adscribirse.

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Entre confesiones, Matute recordó la aspereza de la época. "La guerra civil fue terrible", cuenta con un hilo de voz emocionado. "Nos dimos cuenta de que formábamos parte de un mundo en el que había muchas clases de gente...era maravilloso", apostilla. Matute, ganadora del Planeta en 1954 con la obra Pequeño Teatro, evoca su infancia en el seno de una familia de la alta burguesía catalana. Su puesta de largo choca con "la época en que no tenía dinero ni para comer". Relata que no escribe para ganar premios, pero "el dinero ayudaba a vivir". Almudena Grandes descubre su admiración por Matute por el valor que tuvo al escribir en una época amarga Los hijos muertos. Según la escritora madrileña, es la culminación de la óptica con la que contar el drama de España en aquella época. Matute resumen la cuestión de su obra "contar lo que pasó analizando lo que ocurre en el interior de personajes jóvenes".

La muerte está presente en muchos escritores y poetas de la época. Luis Muñoz (Granada, 1966) explica que "somos memoria, pero también somos olvido" al enfrentarse a Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931). Una memoria que acerca al poeta frente a la perspectiva de la muerte, precisa el poeta asturiano que rechaza la existencia de una generación de los cincuenta. Todos los participantes aludieron al problema de la censura. Pero Ángel González (Oviedo, 1922) reveló ayer que el verdadero problema eran los propios censurados que se convertían en su propio censor.

El pasado lunes Mercedes Salisachs (Barcelona, 1916) pareja de Ignacio Elguero (Madrid, 1964) afirmó con rotundidad que "los censores eran muy duros con todos". Salisachs dijo que reconstruir lo que evitó la censura sería pervertir la realidad literaria de esos libros, de esa época. Por su parte, Benjamín Prado, director del curso, apunta que la necesidad de tener que hilar tan fino, para evitar la censura, generaba que saliera un poema mejor.

Carlos Marzal (Valencia, 1961) acude mañana al diálogo con Francisco Brines (Valencia, 1932). Marzal asegura que la figura de Brines es especial porque tiene la perspectiva de haber vivido fuera de España durante la época. Además vivió en siete ciudades diferentes. Marzal, que hará de entrevistador, reconoce la generación de los cincuenta como una de las mejores del siglo XX, "a la altura de la del 98 o la del 27". El poeta valenciano explica que intentará repasar toda la vida de Brines, desde su infancia hasta sus aficiones, los toros y el fútbol.

Hoy charlarán sobre las dificultades de los escritores de los cincuenta Clara Sánchez y Josefina Aldecoa y Javier Cercas dialogará con Juan Marsé. Mañana, además de Marzal y Brines, también dialogarán Felipe Benítez Reyes y José Manuel Caballero Bonald.

De izquierda a derecha, sentados, Antonio Gamoneda, Ana María Matute y Ángel González. Detrás de ellos, Luis García Montero, Almudena Grandes, Carlos Berzosa, Carlos Marzal y Benjamín Prado, ayer en El Escorial.NACHO CALONGE

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