Dimite un edil de Eusko Alkartasuna por las presiones de Batasuna

Explota un artefacto casero junto a un concesionario de coches en Vitoria

Iñaki Larrañaga es la última víctima de la campaña de acoso que vienen ejerciendo los simpatizantes de la ilegalizada Batasuna sobre concejales de otros partidos para que éstos abandonen sus cargos. Larrañaga, uno de los cuatro ediles de Eusko Alkartasuna (EA) en Azpeitia (Guipúzcoa), no ha podido aguantar la persecución a la que ha estado sometido por parte de miembros de la izquierda abertzale. Éstos le llamaban "ladrón" en cualquier lugar y escribían su nombre "en pancartas y pegatinas por todo el pueblo". Ante estas "presiones", Larrañaga ha presentado su dimisión y abandona "sin ni...

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Iñaki Larrañaga es la última víctima de la campaña de acoso que vienen ejerciendo los simpatizantes de la ilegalizada Batasuna sobre concejales de otros partidos para que éstos abandonen sus cargos. Larrañaga, uno de los cuatro ediles de Eusko Alkartasuna (EA) en Azpeitia (Guipúzcoa), no ha podido aguantar la persecución a la que ha estado sometido por parte de miembros de la izquierda abertzale. Éstos le llamaban "ladrón" en cualquier lugar y escribían su nombre "en pancartas y pegatinas por todo el pueblo". Ante estas "presiones", Larrañaga ha presentado su dimisión y abandona "sin ningún tipo de rencor ni resquemor contra nadie", según reconoce en una carta donde explica los motivos de su decisión. Su puesto quedará vacante hasta que EA consiga sustituirlo.

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Las coacciones y amenazas que ha sufrido Larrañaga se repiten contra otros muchos cargos públicos del País Vasco desde las elecciones municipales de 2003, a las que no pudieron concurrir las listas ilegalizadas patrocinadas por Batasuna. Los partidos democráticos han denunciado en varias ocasiones la "campaña de persecución" que están sufriendo desde el entorno violento.

La formación independentista reclama la dimisión de 417 electos del País Vasco y Navarra que, según sus cuentas, le hubieran correspondido de no haber sido ilegalizadas las plataformas que patrocinó. Y pretende que los partidos renuncien a cubrir las vacantes para que puedan ser ocupados por cualquier ciudadano. Así ocurrió recientemente en el Ayuntamiento de Azkoitia (Guipúzcoa), donde un miembro de la plataforma ilegal Kimue tomó posesión como concejal tras la renuncia de un representante de la candidatura legal independiente Batera.

Al menos 82 concejales vascos, en su mayoría nacionalistas (PNV, EA y Aralar) y de Izquierda Unida, han renunciado a sus cargos a causa del acoso que sufren de Batasuna y su entorno.

La presidenta de EA, Begoña Errazti, calificó de "inaceptables" los ataques que varios concejales de su partido están sufriendo por parte del entorno de Batasuna, y recordó que los cargos públicos de EA "tienen la legitimidad democrática que les ha dado la ciudadanía vasca" en las urnas.

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Por otro lado, los violentos hicieron explotar en la madrugada del viernes un artefacto de fabricación casera contra un concesionario de Renault en Vitoria. El sabotaje causó escasos daños en un vehículo estacionado en el exterior del local. El Departamento vasco de Interior informó de que la pequeña explosión se registró a las 1.40. El artefacto, compuesto por varias bombonas de cámping gas y una botella de gasolina, no provocó destrozos en las instalaciones del concesionario. Todos los partidos, salvo Batasuna, condenaron este nuevo episodio de violencia callejera.

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