Otro género probable

La concisión, la claridad expositiva, la elegancia, el humor, el ligero recreo con la erudición, el contraste de imaginación y realidad -"términos con frecuencia opuestos"-, y cierto excedente que, a falta de mejor denominación, podemos llamar encanto, han colocado a Augusto Monterroso (Tegucigalpa, 1921-México, 2003) en esa categoría de escritores que se pueden permitir publicar libros de miscelánea, aprovechando textos ocasionales, sin que el resultado produzca la impresión de reunión accidental. Al contrario, pues sus breves ensayos y comentarios son siempre muy provechosos, fruto del juego...

La concisión, la claridad expositiva, la elegancia, el humor, el ligero recreo con la erudición, el contraste de imaginación y realidad -"términos con frecuencia opuestos"-, y cierto excedente que, a falta de mejor denominación, podemos llamar encanto, han colocado a Augusto Monterroso (Tegucigalpa, 1921-México, 2003) en esa categoría de escritores que se pueden permitir publicar libros de miscelánea, aprovechando textos ocasionales, sin que el resultado produzca la impresión de reunión accidental. Al contrario, pues sus breves ensayos y comentarios son siempre muy provechosos, fruto del juego de una inteligencia que se refugia en una aparente timidez, con el fin de compartir el deleite de las averiguaciones literarias, que no se atenúa aunque el lector reconozca las recurrencias y muchos temas le resulten familiares. Publicado el año de su muerte, 2003, en Literatura y vida se agrupan sus artículos e intervenciones más recientes, algunos extensos, como Mi primer libro o La literatura fantástica en México, junto a otros jugosos y breves, como La pulga en mi oreja o El idioma español, que aspiran a conformar un probable nuevo género que, según Monterroso, "vendría a ser una conjunción de conferencia-ensayo-cuento-apunte-autobiográfico-ponencia-confesión, todo en unas cuantas páginas".