Reportaje:

Un proyecto para el mejor oasis

Un grupo de jóvenes arquitectas sevillanas diseña el edificio para la Casa de la Mujer en los campamentos saharauis

"La comida no va sólo al estómago, también supone formación e incentivos culturales para desarrollarse. Los tendremos. Estoy muy feliz". Fatma Mehdi reivindica el esfuerzo por mejorar el rol de la mujer saharaui y lograr una cierta independencia familiar. El empeño será posible gracias al proyecto de Casa de la Mujer para el campamento de Dajla, que se ha fraguado en Sevilla a través del colectivo de jóvenes arquitectas Dairas y la Asociación de Amistad con el pueblo saharaui.

"Después de 30 años de ocupación, el objetivo es posibilitar un lugar para el debate, la formación y la salud, ...

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"La comida no va sólo al estómago, también supone formación e incentivos culturales para desarrollarse. Los tendremos. Estoy muy feliz". Fatma Mehdi reivindica el esfuerzo por mejorar el rol de la mujer saharaui y lograr una cierta independencia familiar. El empeño será posible gracias al proyecto de Casa de la Mujer para el campamento de Dajla, que se ha fraguado en Sevilla a través del colectivo de jóvenes arquitectas Dairas y la Asociación de Amistad con el pueblo saharaui.

"Después de 30 años de ocupación, el objetivo es posibilitar un lugar para el debate, la formación y la salud, para que la mujer asuma su formación y el papel relevante que ya posee", cuenta Eva Morales, coordinadora del colectivo Dairas que forman cinco jóvenes arquitectas sevillanas. En la estrategia de desarrollo de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, será un paso importante. "Supone abrir vías de comunicación a través de la arquitectura con un colectivo que demuestra mucha entereza en una causa sin dobleces", cuenta Marta Reina, miembro de Dairas.

El proyecto que han diseñado servirá de base para descentralizar la actual Casa de la Mujer que existe en el campamento llamado 27 de febrero, y que sea un referente para los otros cuatro centros que se construirán en el resto de campamentos. De momento, el objetivo inmediato es el campamento de Dajla y las 24.000 mujeres que conviven en él.

El edificio se hará con elementos de construcción de la zona como el adobe, con albañiles saharauis y en dos fases, para facilitar su progresiva financiación. El diseño prima al patio como lugar de diálogo y encuentro, pero además contará con salas de reuniones, recepción y tienda, sala polivalente y aulas de formación, además de una zona de recreo con comedor y merendero. Será un espacio para promover cooperativas de mujeres y el deporte, hasta ahora exclusivo para los hombres. Incluirá bibliotecas y baños turcos para fomentar la higiene y la salud, y las dificultades del parto, cuestiones nada fáciles en un ambiente tan hostil como el desierto. "Antes teníamos que ir hasta Tinduf en Argelia y a menudo las familias no podían pagar el transporte y dejar solos a niños y ancianos", explica Mehdi desde el campamento 27 de febrero donde reside.

"El proyecto ha gustado mucho y parece que será aprobado", afirma Fernando Peraita, presidente de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla. La Junta valora la financiación de unos 78.000 euros para que el proyecto eche a andar. El edificio será pionero al considerar la arquitectura y no ser puramente funcional en unos campamentos donde la subsistencia aún se logra gracias a la ayuda internacional. En ellos conviven 200.000 saharauis, de los cuales el 70% son mujeres. Siempre estuvieron ahí, y su gestión política ha sido fundamental en el campo social, pues los hombres, antes de su regreso, se ocupaban casi en exclusiva del campo de batalla. El edificio supondrá una vuelta de tuerca en el lento y costoso desarrollo de la comunidad saharaui.

Al involucrar a unas veinte personas en su construcción, pretenden fomentar el aprendizaje de las nuevas tecnologías mediante la fontanería y la electricidad que generará la energía solar. "Se ha buscado un diseño reconocible para un proyecto hecho por mujeres para mujeres", apunta Peraita.

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Además de ser la secretaria general de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, Mehdi forma parte del secretariado del Frente Polisario. Es decir, está donde se toman las decisiones políticas que determinan el futuro de su pueblo. Su alegría por este proyecto se traduce en unas ambiciones de intercambio cultural con las mujeres de otras regiones. "También se trata de abrir nuevas puertas con grupos de mujeres de otras comunidades como la andaluza, de comenzar un marco de cooperación. No hablamos sólo de financiación, supone mucho más", asegura.

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