El fotógrafo Thor Castro lanza su mirada al mundo del jazz más clásico

La muestra de Vitoria recoge 46 imágenes en blanco y negro

Thor Castro (A Coruña, 1974) nació escuchando jazz y ello se nota cuando se disfruta de la exposición In a silent way, que recoge algunas de las imágenes que ha tomado en distintos festivales de jazz durante los últimos diez años. La muestra es la aportación en este ámbito de la Diputación alavesa al Festival de Jazz de Vitoria. Se puede visitar en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa hasta el próximo 24 de julio.

La trayectoria profesional de Castro ha estado ligada al fotoperiodismo desde que empezó en su ciudad natal hasta hoy, cuando desarrolla su trabajo en Madrid. Esta dedica...

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Thor Castro (A Coruña, 1974) nació escuchando jazz y ello se nota cuando se disfruta de la exposición In a silent way, que recoge algunas de las imágenes que ha tomado en distintos festivales de jazz durante los últimos diez años. La muestra es la aportación en este ámbito de la Diputación alavesa al Festival de Jazz de Vitoria. Se puede visitar en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa hasta el próximo 24 de julio.

La trayectoria profesional de Castro ha estado ligada al fotoperiodismo desde que empezó en su ciudad natal hasta hoy, cuando desarrolla su trabajo en Madrid. Esta dedicación es el origen de la exposición que presenta ahora en Vitoria, pero en sus 46 imágenes se aprecia una pasión por la música que supera cualquier interés informativo.

Son casi todos primeros planos de músicos como Winton Marsalis, Elvin Jones, Alvin Queen, Christian McBride o Charles Lloyd, retratados en momentos de máxima concentración musical recogidos en una instantánea o en secuencias de dos, tres o cuatro fotografías. "El escenario de un concierto siempre lleva a la dispersión: hay muchos micrófonos, cables y amplificadores para que un plano general recoja el momento mágico de una improvisación; por eso, siempre me inclino por primeros planos", dice el fotógrafo.

Castro trabajó unos años en Vitoria, de donde procede la única imagen callejera diurna de la exposición, un retrato de la James Andrews New Orleans Jazz Band que pudiera estar tomado en aquella ciudad estadounidense si no fuese por los carteles que lo sitúan en la capital alavesa.

Blanco y negro

Supone una sintonía entre el fotógrafo y los protagonistas de sus imágenes que se aprecia en toda la muestra, como bien refleja esa otra imagen de Wynton Marsalis con su hijo, realizada también en Vitoria.

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Todas las fotografías son en blanco y negro, "quizás porque el color no favorece a la piel negra, no lo sé", confiesa dubitativo Castro. Tal vez, porque, como añade, su cultura jazzística comienza cuando era muy niño y su memoria ha bebido de las fotografías en blanco y negro de las revistas que compraban sus padres. Lo cierto es que su predilección por captar la inspiración del músico de jazz (las manos del contrabajista Christian McBride o el saxofonista Ravi Coltrane ensayando antes del concierto) son excelente reflejo de esa melomanía.

¿Con qué fotografía se quedaría?, le pregunta una periodista. "Con las de quienes ofrecieron un buen concierto y ya no están, como Milt Jackson", comenta. El retrato del gran vibrafonista fundador del Modern Jazz Quartet, con John Coltrane o Dizzy Gillespie, creador con ellos del be-bop, y que fue tomado meses antes de su fallecimiento, es ciertamente una de las joyas de la muestra.

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