El perro que mató a una niña en Sitges no está en el registro municipal

Los abuelos paternos demandan a la madre de la pequeña

El Ayuntamiento de Sitges (Garraf) ha confirmado que tiene censados en su registro municipal una veintena de perros pertenecientes a razas potencialmente peligrosas, pero que ninguno de ellos es el akita inu que el domingo atacó y mató a Paula M., de dos años, en una barraca de la población. La ley obliga a los poseedores de perros de estas razas a registrarlos en los ayuntamientos para obtener la licencia. Además los propietarios deben ser mayores de edad, no tener antecedentes penales, diponer de un certificado de capacidad física y psíquica, y tener un seguro de responsabilidad civil.
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El Ayuntamiento de Sitges (Garraf) ha confirmado que tiene censados en su registro municipal una veintena de perros pertenecientes a razas potencialmente peligrosas, pero que ninguno de ellos es el akita inu que el domingo atacó y mató a Paula M., de dos años, en una barraca de la población. La ley obliga a los poseedores de perros de estas razas a registrarlos en los ayuntamientos para obtener la licencia. Además los propietarios deben ser mayores de edad, no tener antecedentes penales, diponer de un certificado de capacidad física y psíquica, y tener un seguro de responsabilidad civil.

En cambio, el animal, que se encuentra recluido en la perrera de Vilanova i la Geltrú por orden judicial, tenía correctamente cumplimentada la cartilla de vacunación y también llevaba el preceptivo microchip de identificación para conocer la identidad de su propietario, pero ayer no transcendió qué nombre revelan los datos contenidos en el microchip. Según la versión del actual dueño del animal, que es el compañero sentimental de la madre de la niña, el perro se lo regaló hace unos meses un compañero que, dijo, ya no podía seguir cuidándolo. Esto explicaría por qué el hombre ha podido tener un akita inu sin disponer de los documentos que por ley son imprescindibles.

El dueño del akita inu, por otra parte, no había cumplido todos los requisitos que se exigen a los dueños de este tipo de animales. La Guardia Civil ha asegurado que el hombre no había pasado el test psicotécnico y tampoco disponía del seguro de responsabilidad civil, imprescindible para hacer frente a posibles daños a terceras personas en caso de agresión.

Por otra parte, la madre de la niña y su compañero, que tienen unos 30 años, son usuarios habituales de los servicios de Bienestar Social del Ayuntamiento de Sitges, que los atienden periódicamente para ayudarlos, dada la precariedad económica en la que viven, según manifestaron ayer fuentes municipales.

Descuido y negligencia

Los abuelos paternos de la niña han puesto una demanda en los juzgados de Vilanova i la Geltrú contra la madre de la menor "por falta de control y absoluto descuido y negligencia" en el cuidado de la niña. Según consta en la denuncia, la niña vivía cuatro días con los abuelos paternos y otros cuatro con los maternos. Señala la demanda que el mismo día en que murió la niña, el domingo por la mañana, la abuela materna había entregado a la menor a su madre para que pasara unas horas con ella y que después ésta debía dejarla con sus abuelos maternos. La demanda señala que, "al parecer", la pequeña "no fue entregada a los abuelos maternos y se quedó en la casa en la que vive su madre", en las afueras de Sitges.

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La madre de la niña y su compañero sentimental declararán hoy ante el juez que instruye el caso. Fuentes de la Guardia Civil explicaron ayer que el estado emocional de los dos les impidió comparecer hasta el momento, por lo que lo harán hoy en el Juzgado número 3 de Vilanova i la Geltrú, una vez enterrada la pequeña hoy por la mañana en la más estricta intimidad.

Por otra parte, el presidente del Colegio de Veterinarios de Cataluña, Francesc Monné, precisó ayer que no se puede considerar que existan razas de perro peligrosas, sino caracteres peligrosos, puesto que el comportamiento del animal depende de su carácter y de cómo ha sido adiestrado. Monné criticó que cuando se redactaron tanto la ley catalana como la española no se tuviera en absoluto en cuenta "la opinión de los veterinarios".

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