Reportaje:

El capital riesgo, la nueva estrella financiera

Estas firmas invertirán más de 2.500 millones en empresas españolas en 2005, una cifra récord

Los expertos dicen que sólo el 15% de las empresas familiares, muy numerosas en España, se mantienen en manos de los fundadores en la tercera generación. En el camino se queda el 85% de estas compañías pequeñas y medianas, que se han puesto en el punto de mira de las empresas de capital riesgo. Estas sociedades casi desconocidas hasta hace poco tiempo, empezaron a trabajar a finales de los noventa y son empresas compuestas por un pequeño grupo de gestores (donde abundan los apellidos ilustres) que cuentan con fondos de grandes inversores, como bancos, cajas, fondos de pensiones, aseguradoras y...

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Los expertos dicen que sólo el 15% de las empresas familiares, muy numerosas en España, se mantienen en manos de los fundadores en la tercera generación. En el camino se queda el 85% de estas compañías pequeñas y medianas, que se han puesto en el punto de mira de las empresas de capital riesgo. Estas sociedades casi desconocidas hasta hace poco tiempo, empezaron a trabajar a finales de los noventa y son empresas compuestas por un pequeño grupo de gestores (donde abundan los apellidos ilustres) que cuentan con fondos de grandes inversores, como bancos, cajas, fondos de pensiones, aseguradoras y grandes fortunas. Los bajos tipos de interés (hoy cercanos al 3,5% a 10 años) obligaron a los gestores a buscar alternativas. La incertidumbre bursátil y la posibilidad de que el mercado inmobiliario se estanque atraen más dinero a este negocio.

La rentabilidad media anual de este tipo de operaciones es del 9,1% desde 1980
En 2004 se cerraron 37 transacciones superiores a los 10 millones de euros
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Su objetivo es adquirir una compañía, o una participación, para financiar su expansión o la compra por parte de los gestores, MBO, por sus siglas en inglés. También hacen préstamos en función del beneficio de explotación o los recursos propios de la empresa, lo que en el argot se conoce como apalancamiento. En pocos casos, invierten en nuevas empresas.

La gran diferencia con la inversión tradicional es que las entidades de capital riesgo sólo permanecen en la empresa entre tres y seis años. Pasado este tiempo, venden su participación a los gestores, a inversores, a otras empresas de capital riesgo o sacan la empresa a Bolsa. En ese momento recuperan la inversión con alta rentabilidad. La rentabilidad media anual desde 1980 es del 9,1%.

Auna y Cortefiel

Estas empresas han saltado a la fama porque una de ellas, la británica CVC Capital Partners, ha lanzado una OPA por el 100% de Cortefiel por 1.400 millones con el consentimiento de la familia fundadora, los Hinojosa, que controlan el 55,7% de la empresa textil. También se comenta que Auna, la compañía de telefonía y cable controlada por el Santander, podría ser comprada por alguna de estas firmas por unos 12.000 millones, una cifra exorbitante, que sería la mayor operación de Europa, si bien cada día parece más difícil el cierre de la operación. En la rampa de salida están Amadeus y Aldeasa.

Para algunos inversores el problema es que no se sabe quién está detrás de estas firmas, por lo que algunos les llaman "inversores sin rostro", ya que lo único que se conoce es el nombre del gestor. Esta circunstancia crea incertidumbre sobre sus criterios de gestión, sobre todo cuando la empresa es de relevancia en su sector.

La otra crítica que reciben es que "son como tiburones. Huelen dónde puede haber negocio a corto plazo. Agarran una empresa y, cuando le han sacado todo el provecho, se deshacen de ella a un precio mayor".

Para los profesionales del sector, esta visión está trasnochada. Francisco Gómez Ubeldia, consejero delegado de Diana Capital, comenta que "ningún inversor bursátil se compromete a estar cuatro o seis años en el capital. Ayudamos a la gestión en empresas que tendrían dificultades para salir a Bolsa o que obtendrían préstamos caros de los bancos por el riesgo que supone".

Gabriel Masfurroll, presidente-consejero delegado de USP Grupo Hospitalario, coincide con esta opinión. Masfurroll necesitó casi 140 millones para tomar el control de la empresa que gestionaba, en manos de un grupo americano, y Mercapital fue el camino para lograrlo. "Hicimos un plan detallado y hablamos con 25 empresas de capital riesgo. Escogimos a Mercapital, que compró el 65% de las acciones, pero no participa de la gestión. La clave es dejar todo claro desde el principio y que el inversor entienda el sector en el que invierte. Cuando ellos se vayan, buscaremos más inversores".

Dominique Barthel, directora general de la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (Ascri), niega el carácter especulador y asegura que "los inversores aportan conocimientos a la gestión, las mejoran y hacen que valgan más".

Por otro lado, desde la sociedad de Bolsa y Mercados Españoles y desde la CNMV se ha mostrado su preocupación porque el boom del capital riesgo frene las salidas a Bolsa de las empresas o porque las saque de cotización y reduzca el volumen de los mercados. Las empresas se quejan de la tramitación que exigen las autoridades regulatorias, "muchas veces es engorrosa y poco práctica", como apunta Masfurroll.

En 2004 se produjeron 37 operaciones superiores a los 10 millones. Entre ellas están Ahold (antiguo Superdiplo), USP Grupo Hospitalario, Segur Ibérica, Corporación, Eólica Cesa, Renta Corporación, Azuvi, Aurgi, grupo Recyde y Filmax Entertaiment. En total se realizaron 475 transacciones con un volumen medio de 4,1 millones.

El éxito de este pujante negocio en España se refleja en las cifras. Según la patronal, en 2004 se captaron un 96% más de fondos: 2.044 millones frente a 1.042 millones de 2003. Hasta marzo pasado, la inversión ha sido de 475 millones, un 139% más. Las firmas prevén acabar el año con más de 2.500 millones de inversión, lo que supondría un récord. Entre los fondos españoles destaca Mercapital. También están de moda los que trabajan para comunidades autónomas, como Möbius, que invierte con el Gobierno de Aragón.

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