Los servicios que limpian el litoral retiran cada día 200 toneladas de residuos

La mayor parte de la porquería procede del sur de Francia y del área de Barcelona

Las 52 barcas que limpian el litoral catalán retiran cada día una media de 200 toneladas de residuos. No paran, porque la porquería que se echa al mar desde los barcos que lo surcan y desde tierra es también creciente. Un informe de la Agencia Catalana del Agua señala que la mayor parte de la porquería procede del sur de Francia y las corrientes la llevan hacia el sur, y del área metropolitana de Barcelona. En este caso, los residuos se expanden por todas partes.

En el mar hay montones de porquería, que los informes técnicos llaman "residuos sólidos". Cada día se vierten a los océanos u...

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Las 52 barcas que limpian el litoral catalán retiran cada día una media de 200 toneladas de residuos. No paran, porque la porquería que se echa al mar desde los barcos que lo surcan y desde tierra es también creciente. Un informe de la Agencia Catalana del Agua señala que la mayor parte de la porquería procede del sur de Francia y las corrientes la llevan hacia el sur, y del área metropolitana de Barcelona. En este caso, los residuos se expanden por todas partes.

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En el mar hay montones de porquería, que los informes técnicos llaman "residuos sólidos". Cada día se vierten a los océanos unos ocho millones de toneladas de "sólidos". En un kilómetro cuadrado marino se encuentran, de media, 17.000 piezas de plásticos. Pero en el agua hay también otro tipo de elementos de origen "artificial", es decir, resultado de la actividad humana: maderas, metales, vidrios, papeles, restos de materiales higiénicos y sanitarios, ropa, cerámica y hasta municiones. De todas formas, predomina el plástico, que representa, según las zonas, entre el 50% y el 90% de los sólidos flotantes que se hallan en el mar. Los datos fueron presentados ayer en una jornada destinada a averiguar quién ensucia el mar.

Estos residuos tienden, además, a tener una vida larga. Los papeles y las ropas se desintegran, pero tardan entre semanas y meses, según el tipo y la composición; los filtros de cigarrillos permanecen durante años; los plásticos tardan hasta un siglo en descomponerse, y las botellas de vidrio se mantienen sin desintegrarse durante miles de año.

Las corrientes varían según la época del año. En invierno son más intensas, lo que hace que en verano se produzca una mayor acumulación de porquería en las playas. El consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, insistió en que la calidad de las aguas no es mala y la gente puede bañarse con tranquilidad. Otro asunto es el efecto que produce la visión de los residuos que se amontonan por doquier.

Buena parte de esta porquería procede del sur de Francia, recorre el golfo de León y acaba en las costas de Girona. En verano, la zona norte del cabo de Creus recibe elementos sólidos el 73% de los días, porcentaje que disminuye hacia el sur. En el Barcelonès, el porcentaje de días con llegada de porquerías es de 53%; en el Baix Llobregat, del 32%, y en la zona cercana al cabo de Salou, del 21%. Mientras que los residuos franceses se mueven de norte a sur, los generados en la zona del área metropolitana de Barcelona, segundo gran foco contaminante, se mueven en todas direcciones: tanto hacia el norte como hacia el sur.

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Medio Ambiente dispone de 52 barcas que diariamente retiran en torno a 1.000 metros cúbicos de porquería cuyo peso ronda las 200 toneladas. El 60% de estos residuos son de origen humano, y el resto, de origen natural (sobre todo maderas que llegan al mar a través de los ríos).

El 32% de los residuos son plásticos; el 28%, madera de uso humano; el 13%, materia orgánica y animales muertos, y el 9% otros sólidos: metales o vidrios.

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