Carod coloca una ofrenda con las dos banderas en la tumba de Arafat

Maragall atribuye la polémica creada en su viaje a un intento de entorpecer las reformas

La polémica de las banderas, que persigue a Pasqual Maragall en su viaje por Oriente Próximo, pasó ayer su última página. La corona que depositó en la tumba de Yasir Arafat tenía dos cintas: una con los colores de la bandera española y otra con los de la catalana y la inscripción "El president de la Generalitat de Catalunya". "España y Cataluña están viviendo una especie de segunda transición en la que mucha gente se escuda en los detalles para entorpecerla", dijo.

Con el acto de ayer parecía tocar a su fin esta serie de incidentes sobre apariciones y desapariciones de banderas ...

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La polémica de las banderas, que persigue a Pasqual Maragall en su viaje por Oriente Próximo, pasó ayer su última página. La corona que depositó en la tumba de Yasir Arafat tenía dos cintas: una con los colores de la bandera española y otra con los de la catalana y la inscripción "El president de la Generalitat de Catalunya". "España y Cataluña están viviendo una especie de segunda transición en la que mucha gente se escuda en los detalles para entorpecerla", dijo.

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Con el acto de ayer parecía tocar a su fin esta serie de incidentes sobre apariciones y desapariciones de banderas que Maragall consideró "hechos anecdóticos" y que se han sucedido desde que la comitiva catalana llegó a Israel. A juicio del presidente de la Generalitat, los saboteadores de ese proceso, que se negó a identificar, se escudan en anécdotas como la guerra de banderas o sendas coronas de espinas que el presidente catalán colocó en plena Vía Dolorosa de Jerusalén en la cabeza del líder de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod-Rovira, y del consejero de Economía, Antoni Castells, antes de sacarles una fotografía. Ayer tanto la comitiva como el presidente trataron de poner punto final a lo que fuentes de la presidencia catalana consideran un asunto que ha dado carnaza a la derecha y los medios de comunicación afines.

Maragall insistió en que hay gentes que temen esa nueva España en la que están comprometidos tanto el Gobierno central como el catalán, que pretende reformar "los estatutos vasco y catalán, buscar una nueva financiación y reformar la Constitución". Consciente de que el ruido político había alcanzado unos niveles más que notables, la comitiva catalana rehuyó calentar más los ánimos. Carod se resistía a opinar. Pero a la salida de la Muqata, donde se hallan los restos de Yasir Arafat, aseguró: "He participado con normalidad en la ofrenda floral porque estaba la bandera de mi país" subrayó. Carod marchó junto al presidente y al cónsul español en Jerusalén en el acto de depositar las flores en la tumba del líder palestino.

El indicio de que las cosas iban camino de apaciguarse lo dio el coche metalizado que transportaba una corona con las banderas catalana y española. La situación recomendaba prudencia y el consulado de España en Jerusalén y la delegación catalana buscaron el acuerdo. Así lo recordaban fuentes diplomáticas en relación con la no participación de Carod en la corona en memoria de Isaac Rabin el pasado jueves, al no estar presente en los mástiles de homenaje la senyera, pese a que había espacio para un par de banderas más.

La embajada española atribuyó al Ayuntamiento de Tel Aviv la ausencia de la enseña catalana. Los servicios de protocolo del Gobierno catalán retiraron, al tiempo, la cinta con la bandera española en la que se leía "Generalitat de Catalunya". Con todo, Carod ya había tomado la determinación de ser mero espectador. La embajada atribuyó la presencia de la enseña española a la floristería a la que se realizó el encargo.

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Aclaración urgente

El segundo episodio fue la retirada de otra cinta con la bandera española de la ofrenda floral que realizó Maragall en la cripta del museo del Holocausto de Jerusalén por parte de un oficial de la embajada española, que la guardó en su bolsillo. Carod participó junto a Maragall en la ofrenda.

Pero la paz de Jerusalén resultó ser guerra en España. Hubo un alud de críticas a Carod, pero también a la embajada española. El Ministerio de Exteriores, que dirige Miguel Ángel Moratinos, solicitó anteayer -y reiteró la petición ayer- al embajador español en Tel Aviv, Eudaldo Mirapeix, un informe completo. "El ministro (...) ha dado instrucciones al embajador para que con toda la urgencia y rigor se aclaren con todo detalle las circunstancias que confluyeron en el hecho de que no apareciera la bandera de España en la ofrenda floral depositada ayer durante el acto ceremonial en Israel".

Entrevista con el rey de Jordania y Mahmud Abbas

La visita que Maragall está realizando a diversos países de Oriente Próximo alcanzo ayer su cenit con las entrevistas que mantuvo con el rey Abdalá de Jordania, así como con el sucesor de Arafat, Mahmud Abbas. El interés de Maragall por potenciar la conferencia euromediterránea, que el próximo mes de noviembre tendrá como escenario Barcelona, ha hecho de este viaje que hoy concluye un intento de mantener equilibrios entre las diferentes partes en litigio en la zona. El presidente catalán ha mantenido entrevistas con los viceprimeros ministros israelíes Simón Peres y Ehud Olmert, y hoy se reunirá después de visitar Gaza con el presidente del estado de Israel, Moshe Katzav. Los incidentes surgidos alrededor de esta visita han restado protagonismo a lo que el Gobierno catalán quería que pasase a primer plano: su contribución a buscar fórmulas de entendimiento.

El Ejecutivo de Maragall se comprometió ayer a enviar observadores a las elecciones que se celebrarán en los territorios bajo control de la Autoridad Nacional Palestina el 17 de julio. En sus contactos con Israel, Maragall ha expresado su interés por los procesos de desalinización de agua del mar, así como por la nanotecnología.

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