OPINIÓN DEL LECTOR

Asfixia frente a salud

El martes 10, con la ilusión de hacer una caminata por la sierra de Guadarrama, un grupo de amigos decidimos que, tal como está la movilidad en Madrid, es mejor viajar en autobús desde el intercambiador de Moncloa y dejar el coche en el garaje.

Dicho y hecho, nada más entrar en la cueva del averno, que más parece el recinto, te sacude un tsunami de ruido y una ola de gas que te dejan en estado de shock. Semiconsciente -si estuviera consciente saldría huyendo-, me dirijo a un recinto acristalado, con varios monitores de lo que parecen aparatos de control, y le pregunto a la...

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El martes 10, con la ilusión de hacer una caminata por la sierra de Guadarrama, un grupo de amigos decidimos que, tal como está la movilidad en Madrid, es mejor viajar en autobús desde el intercambiador de Moncloa y dejar el coche en el garaje.

Dicho y hecho, nada más entrar en la cueva del averno, que más parece el recinto, te sacude un tsunami de ruido y una ola de gas que te dejan en estado de shock. Semiconsciente -si estuviera consciente saldría huyendo-, me dirijo a un recinto acristalado, con varios monitores de lo que parecen aparatos de control, y le pregunto a la única persona presente: ¿qué nivel de anhídrido carbónico (CO2) y decibelios de ruido hay? Respuesta: (?!) "No-lo-sé".

¿Es tan complicado situar un panel a la vista del público con los niveles citados para que a la vista de la información se tomen decisiones, públicas y privadas?

¿No quiere ser modelo medioambiental, esta ciudad de Madrid, con vistas a la concesión de los Juegos Olímpicos de 2012? ¿O sólo es marketing y publicidad?

Señores responsables del aire que respiramos en Madrid, actúen. Los intercambiadores de movilidad construidos y los que están construyendo dejan mucho que desear ambientalmente. ¿Técnicamente es tan difícil acristalar la zona de espera de los pasajeros de las dársenas de los autobuses.

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