LA ESTRATEGIA ANTITERRORISTA

18 años de acuerdos para el diálogo

Los partidos han consensuado desde 1987 diversas estrategias que admitían contactos con ETA

La resolución que el PSOE defenderá hoy en el Congreso sobre lucha contra el terrorismo dividirá a la Cámara como nunca antes (al menos un 40% de sus representantes votará en contra). La letra de la moción es muy parecida a otras propuestas o acuerdos que, en los últimos 18 años, han logrado unir a la inmensa mayoría de los partidos.

Desde 1987 hasta ahora se han rubricado en España hasta cuatro acuerdos. El primero de ellos, firmado por ocho partidos en Madrid en 1987 (ETA mató ese año a 52 personas), anticipaba su apoyo a otro acuerdo que se estaba gestando en Euskadi y que se conoció...

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La resolución que el PSOE defenderá hoy en el Congreso sobre lucha contra el terrorismo dividirá a la Cámara como nunca antes (al menos un 40% de sus representantes votará en contra). La letra de la moción es muy parecida a otras propuestas o acuerdos que, en los últimos 18 años, han logrado unir a la inmensa mayoría de los partidos.

Desde 1987 hasta ahora se han rubricado en España hasta cuatro acuerdos. El primero de ellos, firmado por ocho partidos en Madrid en 1987 (ETA mató ese año a 52 personas), anticipaba su apoyo a otro acuerdo que se estaba gestando en Euskadi y que se conoció como Pacto de Ajuria Enea. En ese pacto se admitía un final dialogado de la violencia, con la condición de que ETA dejara las armas. Aquel acuerdo se firmó el 12 de enero de 1988. Sólo dos semanas después, ETA anunció una tregua de 60 días, que incumplió. Aquel año, asesinó a 21 personas. ETA siguió con su actividad criminal durante los diez años siguientes con un solo periodo de tregua de sesenta días en julio de 1992, cuando su cúpula fue desarticulada en Bidart (Francia).

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En mayo de 1998, meses antes de la tregua más larga en la historia de ETA, el Congreso aprobó dos mociones tras el debate sobre el estado de la nación. Una de ellas, presentada por el PSOE, y que votó a favor el PP, ratificaba la plena vigencia del Pacto de Ajuria Enea, donde se establecía una posibilidad de diálogo en caso de que ETA dejara las armas.

En aquel debate, el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, pidió a Aznar un esfuerzo para buscar soluciones dialogadas: "Permítame, presidente, que le lea algo que dijo Tony Blair al inicio del proceso de paz de Irlanda: 'Esto no es un juego de partidos políticos, sino un debate serio sobre un asunto serio y normal, es sobre la vida y la muerte de la gente que está aquí. Si termina la violencia, habrá gente joven que creará sus familias y vivirá en paz; sin ellas morirán prematuramente y en medio de la sangre. Es una responsabilidad que no sólo pesa en la mente; pesa en el alma. Muchos se han sentido tentados de llegar a la conclusión de que no se puede construir el puente entre dos riberas, que un lado o el otro no quieren un asentamiento. Es el consejo de la desesperación, respetable, pero es un consejo que yo no acepto. Todavía hay mucho camino que recorrer, pero insto a que en nombre de la dignidad humana se olviden sus diferencias. Hablar no es ninguna traición y alcanzar un acuerdo, tampoco". Aznar replicó: "Ese proceso se sustancia en una circunstancias históricas determinadas y con una decisión muy clara de abandono de la violencia. Por ello, cuando le pregunto aquí qué es lo que ha cambiado, no le estoy haciendo ninguna pregunta que no sea, en mi opinión, la clave esencial de la cuestión que hay que responder en este momento".

La negativa de Aznar al diálogo varió con la tregua anunciada por ETA el 16 de septiembre de 1998. Después, aceptó iniciar conversaciones.

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