EE UU reinstaura las cuotas para limitar las importaciones textiles chinas

La Casa Blanca salió la pasada madrugada en auxilio de su sector textil doméstico limitando el incremento anual de las importaciones chinas al 7,5%. La medida de salvaguarda se activa para tres categorías de productos textiles: camisetas y blusas de algodón, pantalones y ropa interior. Son, según el Departamento de Comercio, los artículos más dañados por la avalancha china desde el fin del régimen de cuotas. Pero la medida puede abrir un litigio entre los dos gigantes industriales.

Con esta decisión, EE UU reinstaura el sistema de cuotas que limitan las importaciones procedentes del gig...

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La Casa Blanca salió la pasada madrugada en auxilio de su sector textil doméstico limitando el incremento anual de las importaciones chinas al 7,5%. La medida de salvaguarda se activa para tres categorías de productos textiles: camisetas y blusas de algodón, pantalones y ropa interior. Son, según el Departamento de Comercio, los artículos más dañados por la avalancha china desde el fin del régimen de cuotas. Pero la medida puede abrir un litigio entre los dos gigantes industriales.

Con esta decisión, EE UU reinstaura el sistema de cuotas que limitan las importaciones procedentes del gigante comercial asiático. La Unión Europea también está estudiando la adopción de una medida similar. Carlos Gutiérrez, secretario de Comercio, señaló que la medida de protección está basada "en la amenaza que provoca la magnitud del incremento de las importaciones textiles procedentes de China" y la "significativa capacidad china para incrementar su producción y exportaciones". Así, se limitará al 7,5% el incremento anual de las entradas del textil chino, y puede mantenerse hasta 2008.

El pasado miércoles, con la publicación del dato de la balanza comercial, la Administración estadounidense aseguraba que las importaciones textiles chinas crecieron un 54% durante el primer trimestre comparado con el mismo periodo del año anterior. La medida de salvaguardia anunciada dos días después es la respuesta de urgencia a los temores de su industria, y el cumplimiento de una promesa de George Buh durante la campaña que culminó en noviembre de 2004 con su reelección como presidente.

El cierre de 18 plantas de producción y la consiguiente destrucción de 17.000 empleos en tan sólo cuatro meses llevaron a Washington a iniciar una investigación para determinar el alcance del problema y la responsabilidad de Pekín, a la que acusa de mantener devaluada su divisa para favorecer la competencia exterior de sus productos. El Departamento de Comercio calcula que las importaciones de pantalones de algodón chinos han crecido un 1.500% desde el pasado 1 de enero y un 1.350% las camisetas.

Pero la medida de salvaguardia, anunciada la noche del viernes, plantea dos problemas. Por un lado, los grandes titanes de la distribución y del comercio consideran que la vuelta al sistema de cuotas perjudica a su negocio y advierten de que elevará el precio de los productos para el consumidor final, a los que se suman las voces de los importadores. Por otro, la respuesta proteccionista de EE UU puede acabar de abrir un complejo y prolongado litigio comercial con China. Pekín acusó ayer a Washington de mezclar "comercio con política" y pidió que las diferencias se resuelvan "a través de negociaciones y bajo los principios de igualdad, beneficio mutuo y desarrollo".

Gutiérrez señaló que su departamento está "aplicando los acuerdos comerciales" en el marco de la OMC. En paralelo, Washington quiere crear una zona de libre comercio con los países de Centroamérica (CAFTA), por lo que el restablecimiento de las cuotas al textil chino se interpreta como una maniobra de la Casa Blanca para hacerse con el beneplácito de la industria textil y del Congreso. La Administración de Bush responde a las críticas diciendo que su reacción a la crisis del textil se está decidiendo por sus propios méritos.

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