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Haciendo Europa

El sistema bancario británico y el español presentan tremendas diferencias. Mientras que la saturación del mercado en España supera las 9,5 oficinas por cada 10.000 habitantes, en el Reino Unido no llega a las 2,5. El primero es un modelo de distribución de elevada proximidad al cliente, el segundo es un modelo de pocas oficinas pero más grandes. En nivel de bancarización también divergen ambos casos; en nuestro país, el peso de los activos financieros bancarios representa en torno a dos veces el PIB, lo que pone de manifiesto un elevado potencial de crecimiento; en el Reino Unido, casi cuatro...

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El sistema bancario británico y el español presentan tremendas diferencias. Mientras que la saturación del mercado en España supera las 9,5 oficinas por cada 10.000 habitantes, en el Reino Unido no llega a las 2,5. El primero es un modelo de distribución de elevada proximidad al cliente, el segundo es un modelo de pocas oficinas pero más grandes. En nivel de bancarización también divergen ambos casos; en nuestro país, el peso de los activos financieros bancarios representa en torno a dos veces el PIB, lo que pone de manifiesto un elevado potencial de crecimiento; en el Reino Unido, casi cuatro veces, la mayor proporción de la UE. No obstante, también presentan tremendas similitudes, relevantes para el desarrollo del propio sistema, el mercado único y el papel que jugarán sus entidades en el mercado global. Ambos son sistemas bancarios muy eficientes y los más abiertos y competitivos de Europa. Desde hace más de tres décadas, entidades extranjeras no han sufrido ninguna restricción para adquirir entidades en España, incluso habiendo adquirido más de una; Barclays, que entró en España mediante la compra del Banco de Valladolid, de nuevo ha comprado (Banco Zaragozano) para adquirir mayor tamaño. Sensu contrario, el SCH no ha tenido mayores problemas que las lógicas reticencias de la competencia para hacerse con una de las mayores entidades del Reino Unido (Abbey). Sin embargo, esta lógica de un mercado competitivo e integrado no se ha reflejado de la misma manera en otros países de la UE. El propio SCH hace casi una década encontró el veto del Gobierno portugués a la compra de uno de sus grupos más representativos (Grupo Champalimaud). La Caixa ha tenido que recurrir al comisario de la Competencia para conseguir que el Gobierno francés le permitiera que su filial (CaixaBank) pudiera pagar intereses en cuentas corrientes. El último ejemplo, lo encontramos en el retraso que el supervisor italiano está provocando al BBVA en su puja por hacerse con la mayoría de BNL.

Los sistemas bancarios de España y Reino Unido son muy eficientes y los más abiertos y competitivos de Europa

Marcela Villegas y Esteban Sánchez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.

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