Editorial:

Dos de mayo

La tontería será contagiosa? Despedimos la última semana de abril con la que se le ocurrió al portavoz de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, y abrimos la primera de mayo con la que se le ha ocurrido a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. El portavoz había despachado las críticas a la propuesta de financiación autonómica presentada por el tripartito catalán considerándolas una manifestación de "catalanofobia" de la "aristocracia funcionarial madrileña", o sea, de "los que chupan del bote". La presidenta madrileña se puso ayer a su altura al concluir que el problema er...

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La tontería será contagiosa? Despedimos la última semana de abril con la que se le ocurrió al portavoz de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, y abrimos la primera de mayo con la que se le ha ocurrido a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. El portavoz había despachado las críticas a la propuesta de financiación autonómica presentada por el tripartito catalán considerándolas una manifestación de "catalanofobia" de la "aristocracia funcionarial madrileña", o sea, de "los que chupan del bote". La presidenta madrileña se puso ayer a su altura al concluir que el problema era que Zapatero "no quiere a Madrid, prefiere beneficiar a los catalanes".

Si los responsables políticos se hacen portavoces de los prejuicios de los sectores más ignorantes de la sociedad, no sólo será difícil un acuerdo sobre financiación, sino cualquier entendimiento. La idea de un Madrid de aprovechados que viven del cuento -preferentemente a cuenta de la industriosidad catalana- es un tópico desmentido por el dinamismo económico de la capital que hace que, de aplicarse el criterio propuesto por Maragall, la comunidad más beneficiada sería precisamente la madrileña. Un tópico que refleja la misma mentalidad pueril de quienes explican los problemas de la inversión pública en términos psicológicos: la falta "de cariño" por la capital de un presidente socialista, "resentido" por las victorias electorales del PP en Madrid "desde 1989".

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La inesperada victoria de Zapatero convirtió a Madrid en principal escaparate del PP y en su ariete contra el Gobierno. Esperanza Aguirre parece haber asumido esa función con entusiasmo. En unas declaraciones realizadas con motivo del día de su comunidad, acusaba ayer a Zapatero de "incumplir la ley [de partidos] por intereses espurios". Acusación reiterada poco después por Mariano Rajoy, sin atender a la explicación del Gobierno al respecto: que los indicios que había eran insuficientes para superar los criterios marcados por el Constitucional. Puede disentirse de ese argumento, pero no ignorarse alegando que el comportamiento de los líderes de Batasuna celebrando los resultados es prueba suficiente. Lo que eso prueba es que Batasuna pidió el voto para el EHAK, lo que es público, no que ello sea motivo de ilegalización.

Rajoy también anunció que pedirá un debate monográfico sobre las reformas territoriales, considerando que la Conferencia de Presidentes prevista para julio no es el marco adecuado. Pero a fines de mayo está previsto un debate sobre el estado de la nación en el que ése será sin duda el tema central. Y es de esperar que los argumentos sean más sutiles que los de forofos futbolísticos metidos a políticos escuchados estos días.

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