OPINIÓN DEL LECTOR

Endeudados como nunca

Todos sabemos lo grandiosas que son las pirámides de Egipto, pero muchos desconocemos las penurias que pasaron la multitud de personas que contribuyeron a su construcción.

El señor Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, al que voté en las pasadas elecciones, ha debido pensar que deben perdurar en el tiempo tanto su nombre como las colosales obras acometidas durante su mandato (soterramiento de la M-30, tunelización de Madrid, instalaciones del 2012...) y nos tiene a los madrileños endeudados como nunca lo hemos estado.

El gasto en algunas de sus actuaciones (alquiler del edifi...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Todos sabemos lo grandiosas que son las pirámides de Egipto, pero muchos desconocemos las penurias que pasaron la multitud de personas que contribuyeron a su construcción.

El señor Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, al que voté en las pasadas elecciones, ha debido pensar que deben perdurar en el tiempo tanto su nombre como las colosales obras acometidas durante su mandato (soterramiento de la M-30, tunelización de Madrid, instalaciones del 2012...) y nos tiene a los madrileños endeudados como nunca lo hemos estado.

El gasto en algunas de sus actuaciones (alquiler del edificio de Correos, contratación de los mejores y más modernos decoradores para adornar la boda del Príncipe y la Navidad...), ha sido descomunal, y lo único que se le ocurre es seguir pidiendo a los ciudadanos.

Ha subido desmesuradamente el IBI, la recaudación a través del estacionamiento vigilado es espectacular y, sobre todo, nos tiene a los habitantes sometidos a un estrés constante, porque Madrid se ha convertido en una verdadera zanja imposible da transitar a pie, en coche y en algunos servicios (calles cortadas, atascos interminables...), lo que conlleva un deterioro gravísimo de la salud mental, por lo menos de los que en ella vivimos.

Creo, honestamente, que debería haber pensado más en el bienestar actual de su pueblo y no tanto en lo que manifestarán generaciones venideras.

Espero, y deseo, que las urnas, con mi pequeña contribución, le demuestren que ni usted es nuestro faraón ni nosotros sus súbditos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En