Memoria de los profesores exiliados
Me permito rectificar amistosamente a mi rector Carlos Berzosa de la Universidad Complutense cuando, hablando de los profesores represaliados y exiliados después de la Guerra Civil, dice en EL PAÍS del 28 de abril que "han pasado muchos años y nadie se ha acordado de rehabilitar su memoria".
Cuando fui rector de la Complutense entre 1981 y 1984 sí que rehabilité esa memoria. Ya sería raro que no lo hubiese hecho, habiendo pasado yo mismo en el exilio siete años como refugiado político. Allí conocí y admiré en los años sesenta a algunos de los supervivientes como don Luis Jiménez de Asúa...
Me permito rectificar amistosamente a mi rector Carlos Berzosa de la Universidad Complutense cuando, hablando de los profesores represaliados y exiliados después de la Guerra Civil, dice en EL PAÍS del 28 de abril que "han pasado muchos años y nadie se ha acordado de rehabilitar su memoria".
Cuando fui rector de la Complutense entre 1981 y 1984 sí que rehabilité esa memoria. Ya sería raro que no lo hubiese hecho, habiendo pasado yo mismo en el exilio siete años como refugiado político. Allí conocí y admiré en los años sesenta a algunos de los supervivientes como don Luis Jiménez de Asúa y don Claudio Sánchez Albornoz, que me honraron con su amistad. A esos y otros profesores rendí público homenaje en muchas ocasiones. La primera vez a los pocos días de tomar posesión, tal como consta en una publicación de la propia universidad (Tres años de rector, página 13, epígrafe titulado 'Recuerdo de los exiliados').