Reportaje:

Un vistazo al universo de los minipisos en Andalucía

María Antonia Trujillo, ministra de Vivienda, destapó hace 12 días la caja de los truenos. Una caja de 30 metros cuadrados. Trujillo barajó entonces en Barcelona la posibilidad de ofrecer viviendas protegidas de esas dimensiones para jóvenes. Algunos se alarmaron, pero los minipisos hace mucho que pueblan las ciudades.

"La ventaja de este estudio es que todo está a mano". Y tanto. Antonio es el joven que enseña los 28 metros útiles. Al abrir la puerta, todo está al alcance de la vista, excepto el baño. Se encuentra en un edificio frente al céntrico mercado de las Atarazanas de Málaga en...

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María Antonia Trujillo, ministra de Vivienda, destapó hace 12 días la caja de los truenos. Una caja de 30 metros cuadrados. Trujillo barajó entonces en Barcelona la posibilidad de ofrecer viviendas protegidas de esas dimensiones para jóvenes. Algunos se alarmaron, pero los minipisos hace mucho que pueblan las ciudades.

"La ventaja de este estudio es que todo está a mano". Y tanto. Antonio es el joven que enseña los 28 metros útiles. Al abrir la puerta, todo está al alcance de la vista, excepto el baño. Se encuentra en un edificio frente al céntrico mercado de las Atarazanas de Málaga en el que se ubican otros 20 estudios, todos con una extensión alrededor de los 30 metros.

La vida gira en torno al salón, cuyo espacio se aprovecha al máximo: dos camas ocultas en un mueble listas para ser desplegadas al anochecer, y convertir la sala en dormitorio. La televisión es muy pequeña y junto al baño hay un minúsculo frigorífico, un escritorio y un armario. Unas baldosas en tonos verdes y azules reducen aún más la sensación de espacio. Junto a la entrada hay un falso armario que acoge la cocina empotrada, compuesta por dos placas, una lavadora, un fregadero y un termo eléctrico. El baño no está especialmente limpio, y en sus cuatro metros cuadrados hay un plato de ducha y un lavabo. El alquiler del piso es de 400 euros e incluye el agua, la electricidad y la comunidad.

La dueña de una casa de dos plantas ha convertido la de abajo en cuatro estudios de 30 metros. Tres los tiene arrendados
En el salón se ocultan dos camas listas para ser desplegadas al anochecer y tornar la sala en un dormitorio

Los estudios en Málaga, entre los 30 y 40 metros cuadrados de extensión, no suelen alquilarse por menos de 400 euros. Los ocupantes de esta clase de pisos son normalmente los mismos en toda España: en su mayoría estudiantes o jóvenes trabajadores. Los precios de los estudios mantienen la subida del 17% anual del resto de viviendas, pero a veces las agencias se topan con grandes sorpresas. "El otro día me comentó un compañero que pedían 1.200 euros por un estudio de 40 metros en la Plaza Uncibay de Málaga", cuenta Susana Vázquez, de la Inmobiliaria Martínez.

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En Córdoba encontramos más ejemplos. Cerca de la Facultad de Derecho hay una casa de dos plantas con un bonito patio central. Es propiedad de María. En el piso de abajo, alrededor del patio, la dueña ha preparado cuatro estudios. Tres los tiene arrendados. Todos tienen casi las mismas dimensiones. Las ventanas dan al patio interior. María muestra uno de 27 metros cuadrados. Un cuarto de baño. Un salón-dormitorio-cocina (con cama, mesa, sofá, televisión encima de un aparador, armario, barra que separa la cocina, frigorífico, dos hornillos, despensa y lavadora). Cuesta 340 euros mensuales, comunidad y luz incluidas. "Hombre, no es muy grande", reconoce María antes de asegurar que hay dos personas interesadas en alquilarlo. Por su parte, el Ayuntamiento cordobés tiene previsto que en algo más de un año estén listos 670 estudios de alquiler reducido. Esta iniciativa, que fue impulsada antes de la polémica de los minipisos, está pensada para que convivan jóvenes menores de 35 años con personas de más de 65. Se construirán en el Plan Renfe y en la zona del Tablero bajo. El precio del alquiler -no habría posibilidad de adquirirlos- sería de algo más de 120 euros. Tendrían entre 25 y 30 metros cuadrados los más pequeños, aunque también están proyectados apartamentos de 40 metros, donde habría separación entre el dormitorio y el salón. Los jóvenes firmarían un contrato de un año, que podían renovar. Los mayores, por dos o cinco. Y también habría servicios comunes, como una lavandería, asistencia médica, guardería, gimnasio y un restaurante autoservicio.

Sevilla no es un caso aparte y cuenta con su propio universo de minipisos. "Como en todo, los precios dependen de la zona y las condiciones en que están los pisos", explica Juan Galán, empleado en la agencia Imagen 4. "Por debajo de 400 euros, se encuentran viviendas viejas y bastante deterioradas, aunque hay excepciones y puede haber estudios de 20 ó 25 metros cuadrados por 300 euros que no están nada mal". Por zonas, la más cara de la capital hispalense es el Centro. Le siguen Triana, Nervión y la zona Este, que se está reurbanizando. "A partir de 600 euros encontramos estudios muy dignos", destaca Galán.

Carmen ofrece "una vivienda digna". Y lo es. Está en la zona de San Julián, cerca de la Ronda de Capuchinos. El estudio amueblado que alquila es grande: 40 metros cuadrados, de salón amplio con estantería de pladur, cocina completa, habitación con armario y cuarto de baño con bañera. Todo huele a limpio. Carmen está preocupada por si el precio es caro. "No sé cuánto se pide por ahí". Su alquiler es de 400 euros al mes con comunidad incluida. Agua y luz aparte. Una ganga.

Esta información ha sido elaborada por Javier Martín-Arroyo, Manuel Planelles y Manuel J. Albert.

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