Cientos de personas protestan en Bolonia contra el Centro de Investigación Arqueológica

Manifestantes disfrazados de romanos muestran su rechazo al edificio de Vázquez Consuegra

La playa de Bolonia, junto a Tarifa (Cádiz), mostraba en la tarde de ayer un espectáculo insólito: una invasión de romanos hacía sonar tambores y ensayaba ejercicios de circo. El motivo de tal fiesta de disfraces era protestar contra el Centro de Investigación Arqueológica que se construye junto a las ruinas de la antigua Baelo Claudia, integrada por un teatro, un foro en excelente estado de conservación y una factoría de salazones. El nuevo edificio, bautizado por los lugareños como el búnker de Chaves, tiene 2.000 metros de planta y es obra del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra....

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La playa de Bolonia, junto a Tarifa (Cádiz), mostraba en la tarde de ayer un espectáculo insólito: una invasión de romanos hacía sonar tambores y ensayaba ejercicios de circo. El motivo de tal fiesta de disfraces era protestar contra el Centro de Investigación Arqueológica que se construye junto a las ruinas de la antigua Baelo Claudia, integrada por un teatro, un foro en excelente estado de conservación y una factoría de salazones. El nuevo edificio, bautizado por los lugareños como el búnker de Chaves, tiene 2.000 metros de planta y es obra del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra.

Aunque se prevé que el hormigón con que está levantado sea revestido, y disimulado con vegetación, no paran de alzarse voces que lo califican como "aberración" y "atentado paisajístico".

Una avanzadilla de un centenar de personas hacía preparativos a la hora de la sobremesa para afrontar las anunciadas 24 horas de actividades lúdicas y reivindicaciones. Un buen número de ellos, previamente convocados en Barbate, llegaron en bicicleta.

La cifra de asistentes prevista, no obstante, superaba el medio millar, con autobuses concertados desde Sevilla, Córdoba, Málaga y Almería. "Es una concentración tranquila, las autoridades no nos han puesto ningún impedimento", aseguraba Antonio Figueroa, coordinador de la convocatoria. Junto a las indumentarias de patricio y senador se veía algún que otro gladiador. A aquellos que llegaban sin disfraz se les obsequiaba con una túnica, o una corona de hojas de laurel.

Un escenario aguardaba la salida de cinco grupos musicales que amenizarían la jornada, en tanto una pasarela acogía el desfile de moda romana y un equipo de rapsodas afinaba la voz para declamar versos en latín.

Junto a estos reclamos lúdicos, la reunión quería constituirse "también como foro de discusión", según Figueroa, que no desaprovechó la ocasión para subrayar que el Centro de Investigación Arqueológica "es sólo la punta del iceberg del problema real: las barbaridades urbanísticas que se están cometiendo en nuestro litoral. Para colmo, en uno de los pocos lugares a salvo de la especulación como es el Parque Natural del Estrecho, llega la Junta y planta este mamotreto", añadió.

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