OPINIÓN DEL LECTOR

Corrupción en Sevilla

Hace tiempo que no se daba en la llamada Casa Grande una situación como ésta de ahora que tiene por protagonista al distrito Macarena. No es éste el momento ni el lugar para recordar lo sucedido, porque a través de estas páginas están los lectores bien informados, pero sí es el más adecuado para efectuar una reflexión.

Muchos creíamos que con la llegada al gobierno de la coalición PSOE-IU había pasado ya el tiempo en que la gente de la calle identificaba al político como alguien que "se lo llevaba calentito". Los años de gobierno del PA en el Ayuntamiento de Sevilla habían supuesto un c...

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Hace tiempo que no se daba en la llamada Casa Grande una situación como ésta de ahora que tiene por protagonista al distrito Macarena. No es éste el momento ni el lugar para recordar lo sucedido, porque a través de estas páginas están los lectores bien informados, pero sí es el más adecuado para efectuar una reflexión.

Muchos creíamos que con la llegada al gobierno de la coalición PSOE-IU había pasado ya el tiempo en que la gente de la calle identificaba al político como alguien que "se lo llevaba calentito". Los años de gobierno del PA en el Ayuntamiento de Sevilla habían supuesto un claro clientelismo en la gestión de los asuntos públicos, pero creíamos que esta época estaba ya superada. Eso sí, mientras los medios de comunicación daban cuenta de los desmanes de una serie de personas interpuestas vinculadas al gobierno de la ciudad, los próceres municipales se dedicaban a negar la mayor y a pregonar que los habían engañado.

No sabemos si una comisión de investigación ayudaría a demostrar lo que ya está meridianamente claro, que el dinero público se ha empleado para comprar votos, pero lo que sí es evidente es que un entramado empresarial se ha dedicado, según todos los indicios, a expoliar las arcas municipales. En muchas ciudades europeas el alcalde no seguiría ni un minuto más ostentando el puesto que ocupa, pero desgraciadamente estamos en Sevilla y mucho nos tememos que ni Monteseirín ni Garvín se darán por aludidos. Para eso hace falta tener algo de vergüenza torera, nunca mejor dicho ahora que comienza la temporada taurina. ¿Puede permitirse una ciudad como Sevilla, con tantos problemas económicos, sociales o de vivienda, una situación así durante tanto tiempo.

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