Radicales palestinos desafían a las fuerzas de seguridad del presidente Abbas

Milicianos palestinos desafiaron ayer a las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Ramala y Tulkarem, después de que, la víspera, atacaran las oficinas del presidente Mahmud Abbas (Abu Mazen).

Mazen ordenó actuar de forma inmediata y enérgica contra los 15 activistas palestinos, presuntamente miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculados al partido Al Fatah, que en la madrugada del miércoles abrieron fuego contra la sede de la ANP en la Mukata de Ramala. Después, provocaron el caos en las calles de la ciudad, atacando restaurantes donde...

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Milicianos palestinos desafiaron ayer a las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Ramala y Tulkarem, después de que, la víspera, atacaran las oficinas del presidente Mahmud Abbas (Abu Mazen).

Mazen ordenó actuar de forma inmediata y enérgica contra los 15 activistas palestinos, presuntamente miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculados al partido Al Fatah, que en la madrugada del miércoles abrieron fuego contra la sede de la ANP en la Mukata de Ramala. Después, provocaron el caos en las calles de la ciudad, atacando restaurantes donde habitualmente comen dirigentes políticos. Abu Mazen, que salió ileso del tiroteo, ha dejado claro a los responsables de los cuerpos de seguridad que "su primer deber es garantizar el orden público y la calma en las calles palestinas".

Pero la orden de Abu Mazen tuvo como respuesta unos tensos incidentes en Tulkarem, ciudad cuya seguridad está bajo responsabilidad de la ANP. Un coche, en el que iban tres milicianos, no frenó ante un puesto de control palestino, siendo heridos por disparos de los agentes palestinos. Unas heridas que provocaron la furia de un grupo numeroso de palestinos de Tulkarem que se acercaron al puesto de control quemando unas tiendas de lona usadas por las fuerzas de seguridad de Abu Mazen.

El presidente palestino se siente cada vez más solo ante estas acciones de milicianos que actúan por su cuenta y hacen caso omiso a los llamamientos de calma de las diversas facciones armadas.

De hecho, los tiroteos de la Mukata en la capital de Cisjordania fueron la primera consecuencia de la decisión de Abu Mazen de no permitir que numerosos activistas palestinos, involucrados en diversas acciones violentas, se sigan refugiando en la sede gubernamental de Ramala.

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