El PP acusa al Gobierno de mantener contactos "indecentes" con los terroristas

Un senador popular califica a Peces-Barba de "comisionado para el amparo de los verdugos"

El Senado vivió ayer una mañana tensa. Sobre todo cuando el senador del PP Ignacio Cosidó definió al Alto Comisionado del Gobierno para Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, como "comisionado para el diálogo y el amparo de los verdugos terroristas". Cosidó también sostuvo, entre aplausos de su grupo, que el Gobierno "por la mañana dice bonitas palabras" a las víctimas y "por la noche mantiene contactos indecentes e inconfesables con los terroristas", sin ofrecer datos que prueben esta acusación. El PSOE pidió al PP que se destituya a este senador, pero Mariano Rajoy no desautorizó a C...

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El Senado vivió ayer una mañana tensa. Sobre todo cuando el senador del PP Ignacio Cosidó definió al Alto Comisionado del Gobierno para Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, como "comisionado para el diálogo y el amparo de los verdugos terroristas". Cosidó también sostuvo, entre aplausos de su grupo, que el Gobierno "por la mañana dice bonitas palabras" a las víctimas y "por la noche mantiene contactos indecentes e inconfesables con los terroristas", sin ofrecer datos que prueben esta acusación. El PSOE pidió al PP que se destituya a este senador, pero Mariano Rajoy no desautorizó a Cosidó.

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En el Senado, tradicionalmente, los tonos son más suaves que los del Congreso, el centro de la gresca política. Pero ayer fue una excepción absoluta. Primero, con la comparecencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que acude de forma voluntaria a la Cámara alta. Apenas pudo ser escuchado en medio de las protestas del PP. Luego, la senadora por Valladolid María Mercedes Coloma acusó a los socialistas de ser "los mayores dictadores de la historia de España". Coloma se negó a retirar esa acusación pese a la petición del presidente de la Cámara, el socialista Javier Rojo. Pero el golpe final, que indignó al PSOE, lo dio Ignacio Cosidó, que pedía al ministro del Interior, José Antonio Alonso, la destitución de Gregorio Peces-Barba.

Jaleado por su bancada, Cosidó fue creciendo en sus tonos. "El presidente del Gobierno nombró al señor Peces-Barba y no a usted [Alonso] como una pieza más en una estrategia, que es del presidente del Gobierno y no suya, de negociación y diálogo con ETA. Y para ese diálogo y esa negociación las víctimas son un serio obstáculo porque lo que éstas nunca van a consentir es que ustedes por la mañana les digan bonitas palabras, como las que usted ha pronunciado, y por la noche estén manteniendo contactos indecentes e inconfesables con los terroristas". Los aplausos fueron entonces mucho más fuertes. "¡Muy bien!", le gritó un compañero.

"Y como las víctimas no van a consentir esto, el señor Zapatero nombró al señor Peces-Barba con la misión, no de defender a las víctimas, sino de dividirlas, de silenciarlas y de neutralizarlas", siguió Cosidó. "Por tanto, en nombre del Grupo Parlamentario Popular le pido que si el señor Peces-Barba no tiene la dignidad personal de dimitir, el Gobierno tenga la responsabilidad política de cesarle. Y como no nos van a hacer caso y no le van a cesar, le pido que al menos tengan la decencia moral de cambiar su título y nominarle alto comisionado para el diálogo y el amparo de los verdugos terroristas".

Ante las acusaciones de Cosidó, Alonso se limitó a recordar que Peces-Barba "ha sido presidente de las Cámaras legislativas, padre de la Constitución y presidente de la Asociación Española Pro Derechos Humanos". "Lamento este maltrato. Nosotros no somos así", concluyó el ministro.

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El portavoz del PSOE en el Senado, Joan Lerma, calificó las declaraciones de Cosidó de "absolutamente inadmisibles". "Sólo son explicables desde alguna enajenación mental transitoria", afirmó Lerma. "Mariano Rajoy debería rectificar y pedir la dimisión de un senador semejante". Rajoy, preguntado por las declaraciones, reiteró sus críticas al comisionado, informa Pilar Marcos. Esa figura se creó "por propaganda y se decidió unilateralmente que fuera Gregorio Peces-Barba", afirmó Rajoy.

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