BIOLOGÍA | Metabolismo

Relación entre el ayuno y una vida larga en ratones

Hace ya algún tiempo que los científicos han descubierto una relación entre comer poco y un retraso en el envejecimiento o un aumento de los años de vida. Sin embargo, los entresijos bioquímicos que conectan estos dos hechos no estaban del todo claros. Pere Puigserver, un investigador español que trabaja en la Universidad Johns Hopkins (EE UU), ha dado con una pieza importante del proceso estudiando ratones a dieta.

La protagonista parece ser una proteína, la SIRT1, que en condiciones de ayuno da la señal para que se pongan en marcha los centros internos de producción de glucosa,...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hace ya algún tiempo que los científicos han descubierto una relación entre comer poco y un retraso en el envejecimiento o un aumento de los años de vida. Sin embargo, los entresijos bioquímicos que conectan estos dos hechos no estaban del todo claros. Pere Puigserver, un investigador español que trabaja en la Universidad Johns Hopkins (EE UU), ha dado con una pieza importante del proceso estudiando ratones a dieta.

La protagonista parece ser una proteína, la SIRT1, que en condiciones de ayuno da la señal para que se pongan en marcha los centros internos de producción de glucosa, de modo que se puedan cubrir las necesidades energéticas. Trabajos anteriores han demostrado que esta molécula participa en los procesos de senectud en levaduras, gusanos y moscas.

La aplicación a humanos de los hallazgos, publicados en el último número de la revista Nature, todavía necesita una confirmación, pero Puigserver afirma que dadas las similitudes bioquímicas entre los animales de experimentación y las personas es muy probable que sean extrapolables. En cualquier caso, a la pregunta de si se podría recomendar un ayuno de vez en cuando para vivir más Puigserver responde: "La restricción calórica sin malnutrición no sólo tendría efectos sobre el envejecimiento, sino que contribuye fuertemente a prevenir enfermedades metabólicas como la obesidad, los trastornos cardiovasculares y la diabetes".

Precisamente en esta última patología es donde el investigador español ve un importante uso. El hecho de que la SIRT1 se encargue de desencadenar la producción de glucosa activando otra molécula (la PGC-1) proporciona la posibilidad de diseñar fármacos que las bloqueen y, como consecuencia, que se reduzcan los niveles de glucosa en sangre.

Archivado En