Venezuela y Colombia dan por cerrada la peor crisis diplomática en casi un decenio

Chávez y Uribe reanudan los programas de cooperación suspendidos en diciembre

Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Colombia, Álvaro Uribe, aseguraron ayer haber "pasado la página del incidente" que causó un grave deterioro de las relaciones entre los dos países. Los mandatarios se reunieron ayer en Caracas durante seis horas y acordaron poner fin a la crisis reactivando todos los proyectos y convenios bilaterales y creando mecanismos más ágiles de comunicación entre los cuerpos de inteligencia de ambos países para evitar que se repitan episodios como el que generó el distanciamiento: el combate a los grupos irregulares.

La crisis ahora cerrada estalló ...

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Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Colombia, Álvaro Uribe, aseguraron ayer haber "pasado la página del incidente" que causó un grave deterioro de las relaciones entre los dos países. Los mandatarios se reunieron ayer en Caracas durante seis horas y acordaron poner fin a la crisis reactivando todos los proyectos y convenios bilaterales y creando mecanismos más ágiles de comunicación entre los cuerpos de inteligencia de ambos países para evitar que se repitan episodios como el que generó el distanciamiento: el combate a los grupos irregulares.

La crisis ahora cerrada estalló en diciembre de 2004 tras la detención en Caracas del guerrillero colombiano Rodrigo Granda, llamado el canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia. Granda, refugiado en la capital, fue capturado por efectivos de la Guardia Nacional venezolana que lo entregaron a las autoridades colombianas. Según admitió en enero el titular de Defensa de aquel país, Jorge Uribe, su Gobierno pagó una recompensa por la operación.

El presidente de Venezuela calificó lo ocurrido de secuestro y sometió a juicio a los oficiales que participaron en la acción, imputándoles el delito de traición. Chávez ordenó la retirada de su embajador en Bogotá, Carlos Santiago Ramírez, la suspensión de los proyectos binacionales de desarrollo e introdujo medidas restrictivas del flujo comercial en las fronteras. Dijo que sólo daría marcha atrás si Bogotá presentaba excusas.

Uribe fue recibido ayer en el aeropuerto Simón Bolívar con honores propios de una visita de Estado: parada militar, alfombra roja y salvas de artillería. A los pocos minutos comenzó la reunión en el palacio de Miraflores entre los dos presidentes. Ésta estaba prevista el 3 de febrero, pero una enfermedad del presidente colombiano obligó a aplazarla.

Tras el encuentro de seis horas, Chávez ordenó la reanudación de la cooperación con Colombia. Los presidentes no explicaron el contenido de su reunión ni si hubo excusas de Bogotá por el incidente de diciembre. Uribe se limitó a señalar que "en los países democráticos todo esto debe superarse con apego al ordenamiento jurídico, la cooperación dentro del respeto para que no se afecte la soberanía".

Tampoco informaron si trataron el asunto de la ubicación de asentamientos guerrilleros colombianos en Venezuela, como ha denunciado Uribe. Chávez dijo que su país no es un santuario de irregulares, ni lo será en el futuro, porque [su Gobierno] está en contra de todas las modalidades de terrorismo, "no importa el idioma que hablen".

Sobre las compras de armas y equipos militares rusos y brasileños por Venezuela, Uribe negó estar preocupado por la posibilidad de que dichas armas vayan a parar a manos de la insurgencia. "Establecemos una clara diferencia entre la confianza que le tenemos a los países hermanos y vecinos democráticos y nuestra lucha contra el terrorismo".

Chávez prefirió dirigir su respuesta hacia Washington y afirmó que Estados Unidos está preocupado por estas adquisiciones "porque no se las estamos comprando a ellos, a quienes les encanta vender armas".

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe (izquierda), con su homólogo venezolano, Hugo Chávez, ayer en Caracas.REUTERS

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