Los presos de Guantánamo denuncian abusos sexuales

Mujeres del Ejército de EE UU usaron con repetición métodos de provocación sexual para obtener informaciones y humillar a varios detenidos musulmanes en la cárcel estadounidense de Guantánamo, en Cuba, según una investigación del Pentágono que todavía no se ha hecho pública.

Los prisioneros contaron a sus abogados que interrogadores mujeres violaron varias veces los tabúes musulmanes respecto al sexo. Al menos ocho detenidos aseguraron por escrito que estas mujeres se frotaron contra ellos, estaban medio desnudas, hacían referencias sexuales explícitas e intentaron tocarles los genitale...

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Mujeres del Ejército de EE UU usaron con repetición métodos de provocación sexual para obtener informaciones y humillar a varios detenidos musulmanes en la cárcel estadounidense de Guantánamo, en Cuba, según una investigación del Pentágono que todavía no se ha hecho pública.

Los prisioneros contaron a sus abogados que interrogadores mujeres violaron varias veces los tabúes musulmanes respecto al sexo. Al menos ocho detenidos aseguraron por escrito que estas mujeres se frotaron contra ellos, estaban medio desnudas, hacían referencias sexuales explícitas e intentaron tocarles los genitales.

Otros tres detenidos afirmaron que sus interrogadores incluso les mancharon con sangre. Las investigaciones del Pentágono confirmaron los hechos y añadieron que estas prácticas aparecieron en 2003, según un alto cargo del Departamento de Defensa, que no quiso dar su nombre. El oficial también reconoció que se les podía echar sangre falsa antes del rezo para que se sientan impuros y no puedan rezar.

El Departamento de Defensa aseguró que dos interrogadores ya habían sido reprendidas, si bien no precisó si se trataba de militares o de empleadas privadas. Algunas descripciones de los abusos se parecen a las humillaciones que sufrieron los detenidos iraquíes en la prisión de Abu Ghraib.

El portavoz del Mando Sureste del Ejército de EE UU, que supervisa la prisión de Guantánamo, el coronel David McWilliams, manifestó ayer que aún era prematuro para determinar si estas declaraciones son verdaderas o no. El Ejército no justifica y condena el uso de "actividades sexuales" durante los interrogatorios, declaró McWilliams, antes de añadir que un "buen interrogador puede tomar iniciativas y ser creativo".

Los abogados de los detenidos dudaron de la palabra de sus clientes hasta que los testimonios coincidieron en las denuncias de abusos similares. Un prisionero yemení declaró a su abogado que una militar, vestida sólo con una camiseta, bailaba ante él preguntándole si iba a hablar o si "iba a seguir así seis horas más".

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