Una joven israelí, nueva víctima de un misil lanzado por los radicales
Ella Abukasis, de 17 años, falleció ayer por la mañana en un hospital de Bersheva donde se encontraba internada como consecuencia de las heridas sufridas hace una semana al impactar cerca de ella un misil artesanal Qasam, lanzado por radicales palestinos desde Beit Hanun, en la franja de Gaza. Con esta muerte se elevan ya a seis los israelíes de la ciudad de Sederot muertos por proyectiles palestinos.
La muchacha fue alcanzada por un misil mientras se encontraba junto a un grupo de amigos sentada en un banco, a poco menos de un centenar de metros de su casa. Al ver caer el proyectil se ...
Ella Abukasis, de 17 años, falleció ayer por la mañana en un hospital de Bersheva donde se encontraba internada como consecuencia de las heridas sufridas hace una semana al impactar cerca de ella un misil artesanal Qasam, lanzado por radicales palestinos desde Beit Hanun, en la franja de Gaza. Con esta muerte se elevan ya a seis los israelíes de la ciudad de Sederot muertos por proyectiles palestinos.
La muchacha fue alcanzada por un misil mientras se encontraba junto a un grupo de amigos sentada en un banco, a poco menos de un centenar de metros de su casa. Al ver caer el proyectil se lanzó sobre su hermano, Tamar de 10 años, protegiéndole con su cuerpo pero recibiendo gran parte de la metralla en la espalda. En un intento por salvarle la vida y siguiendo una tradición judía, los rabinos de Sederot decidieron cambiarle su nombre dándole el de Chaya, que significa "vida".
Ella -Chaya Abukasis, hija de un matrimonio de emigrantes oriundos de Irán y Marruecos venidos a Israel hace 40 años- había acabado sus estudios en la escuela superior de Sederot y se disponía a hacer su servicio nacional social, sustitutorio del servicio militar para chicas religiosas judías en una guardería cuidando niños, según aseguró su hermana mayor Slomit, de 22 años.
La muerte de la muchacha ha coincidido, en pocos días, con la muerte de otros tres niños palestinos. Salahadin Darahma, de 13 años, vecino de Tubas cerca de Yenin, murió de un tiro en la frente disparado por un soldado israelí, que creyó que la pistola de juguete que llevaba el pequeño en sus manos era de verdad. Otro muchacho de una edad similar murió después en el campo de refugiados de Rafah, en la frontera con Egipto, en el transcurso de un tiroteo indiscriminado de los militares contra un grupo de casas palestinas. Un tercer menor falleció también en el campo de Jan Yunes junto con su madre, mientras se encontraban en el interior de su casa, que también fue tiroteada por los soldados. Otros dos miembros de la misma familia, entre ellos el padre, resultaron asimismo heridos.