"Leí el Quijote cuando tenía siete u ocho años"

Durante la semana de convivencia en Ecuador, Rosana Aragón Plaza descubrió que muchos de sus competidores de la fase final habían practicado durante meses con profesores particulares. "Venían con conciencia de que tenían que dejar a su país en muy buen lugar", describe la joven. La joven malagueña, sin embargo, asegura que no tuvo ningún entrenamiento especial. "A veces mi madre me dictaba palabras del diccionario, pero no salió ninguna de ellas en el concurso".

Según Rosana, su buena preparación se debe, por una parte, a su profesor de Lengua. "Nos ha dado siempre muy buenas clases de ...

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Durante la semana de convivencia en Ecuador, Rosana Aragón Plaza descubrió que muchos de sus competidores de la fase final habían practicado durante meses con profesores particulares. "Venían con conciencia de que tenían que dejar a su país en muy buen lugar", describe la joven. La joven malagueña, sin embargo, asegura que no tuvo ningún entrenamiento especial. "A veces mi madre me dictaba palabras del diccionario, pero no salió ninguna de ellas en el concurso".

Según Rosana, su buena preparación se debe, por una parte, a su profesor de Lengua. "Nos ha dado siempre muy buenas clases de ortografía", dice. También cree que las clases particulares de Latín que toma "por gusto" le han servido, ya que así conoce las raíces de muchas palabras. Pero sin duda, lo mejor es "leer mucho". "Cuando oyes una palabra, por intuición, sabes cómo se escribe, pero en realidad es porque ya la has visto escrita antes. Y para eso, tienes que haber leído mucho", razona.

Rosana, que el año próximo comenzará Ciencias Políticas o Derecho y Relaciones Internacionales, aprendió a leer "con un año o así", gracias a su madre, profesora de Literatura en la Universidad de Málaga, que le inculcó el amor por la lectura. "Me leí el Quijote a los siete u ocho años, lo entendía bastante bien, pero no me acuerdo de casi nada", asegura. "Mi mayor felicidad es coger un libro, chocolate y helados y ponerme a leer", cuenta esta apasionada de David Copperfield, de Charles Dickens, y del Siglo de Oro español.

Sin embargo, la joven, que ha ganado algunos concursos escolares de redacción, cuentos y poesía, huye de la imagen de empollona. "Saco buenas notas, pero tengo tiempo para todo", sostiene. Rosana, que domina el inglés y el francés y estudia 4º de japonés en la Escuela de Idiomas, tiene aún tiempo para salir los fines de semana o escuchar música, tan variada como la de Belle & Sebastian, Eminem, Enya o Beethoven.

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