Kamal reconoce que cometió un error y pide que se pase página

"El peor hombre es el que pega a una mujer". La mezquita de Fuengirola (Málaga) celebraba ayer la llegada de su imán, Mohamed Kamal Mustafá, con una nueva pancarta. El cartel, en el que aparecía la frase escrita sobre un fondo azul, actualizó los lazos verdes que pedían su liberación y que todavía permanecían en la entrada principal. La mañana tenía un tono festivo, su representante, una de sus hijas y su mujer saludaban sonrientes a los periodistas al tiempo que ofrecían dátiles y zumos. "Es leche de camello", bromeaban.

Con una amplia sonrisa y muy perfumado, Kemal se sentó en una mes...

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"El peor hombre es el que pega a una mujer". La mezquita de Fuengirola (Málaga) celebraba ayer la llegada de su imán, Mohamed Kamal Mustafá, con una nueva pancarta. El cartel, en el que aparecía la frase escrita sobre un fondo azul, actualizó los lazos verdes que pedían su liberación y que todavía permanecían en la entrada principal. La mañana tenía un tono festivo, su representante, una de sus hijas y su mujer saludaban sonrientes a los periodistas al tiempo que ofrecían dátiles y zumos. "Es leche de camello", bromeaban.

Con una amplia sonrisa y muy perfumado, Kemal se sentó en una mesa rectangular de la sala de reuniones acompañado de su esposa Hamen Salah. "Ante todo pido disculpas porque a la salida de la cárcel no quise decir nada, pero cuando una persona ha pasado 22 días encerrado sólo quiere ver a la familia y descansar", declaró. Aseguró que su puesta en libertad "es de justicia" y que estaba muy contento de estudiar la Constitución española y la europea. "Es algo muy positivo porque aunque haya leído el Quijote cuatro veces, el Corán miles y la Biblia centenas, siempre saco algo nuevo".

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Contó que los 22 días que ha permanecido en la prisión de Alhaurín de la Torre se le han hecho tan largos como si fueran 22 años y que los ha pasado leyendo el Quijote, en árabe, el Corán y la Biblia, o escribiendo y estudiando. "Los libros han sido mis únicos compañeros", dijo. El imán ha permanecido en una celda individual de un módulo de aislamiento y no ha querido relacionarse con otros presos. "También le he escrito un poema en árabe a mi mujer, que le regalé anoche", añadió.

Su semblante cambió al hablar de los pasajes del libro, que nunca llegó a las librerías, y provocaron su encarcelamiento. "Es un error, del que quiero pasar página, aprender de él, y mirar al futuro -aseveró sin perder el contacto visual con su representante, que asentía desde el extremo opuesto de la mesa-no soy perfecto así que en el futuro haré las cosas con más atención, sabiduría y pensamiento".

Sobre las reacciones a la decisión de la Audiencia de Barcelona sobre su excarcelación sólo dijo que "tienen derecho a hablar", pero que la sentencia está puesta y hay que respetar la opinión de los especialistas.

Aprovechó para dar las gracias a todos aquellos que le han enviado telegramas a la cárcel, "gente que no es musulmana, y que ha visto el esfuerzo humano y no sólo la religión", y a la Audiencia de Barcelona por darle el mejor regalo de Navidad a su familia y su comunidad.

"Ha sido un regalo para todo el mundo", dijo su mujer con una sonrisa tímida, "llevábamos 25 años juntos y era la primera vez que nos habíamos separado. Gracias a Dios, mi marido no me ha creado ningún problema, con él siempre he sido feliz". A las 20.30 la Mezquita de Fuengirola celebró una fiesta de bienvenida a la que invitó a todos los asistentes.

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