El 11% de los extranjeros que cotizan a la Seguridad Social lo hace como autónomo

Reino Unido, Alemania y China son los países de origen de la mayoría de los nuevos empresarios

Cada año hay más extranjeros que montan su empresa. La percepción del fenómeno cuando se pasea por cualquier ciudad en la que proliferan los negocios regentados por inmigrantes se ve confirmada por los datos recientes de las afiliaciones a la Seguridad Social: 121.949 estaban dados de alta como autónomos el pasado octubre, un 11,1%. La cifra de emprendedores extranjeros ha crecido un 17,29% en un año. La dificultad para obtener créditos, la falta de formación empresarial y una idea de negocio poco elaborada son algunas de las dificultades a las que se enfrentan estos nuevos empresarios.
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Cada año hay más extranjeros que montan su empresa. La percepción del fenómeno cuando se pasea por cualquier ciudad en la que proliferan los negocios regentados por inmigrantes se ve confirmada por los datos recientes de las afiliaciones a la Seguridad Social: 121.949 estaban dados de alta como autónomos el pasado octubre, un 11,1%. La cifra de emprendedores extranjeros ha crecido un 17,29% en un año. La dificultad para obtener créditos, la falta de formación empresarial y una idea de negocio poco elaborada son algunas de las dificultades a las que se enfrentan estos nuevos empresarios.

A pesar de no tener bienes en España que les sirvan de aval para obtener un crédito; sin redes sociales y contactos; con dificultades burocráticas, a veces de comunicación y, a menudo, culturales; obviando los obstáculos, el inmigrante se está convirtiendo, también, en empresario. A fecha de 31 de octubre, 121.949 extranjeros de un total de cotizantes a la Seguridad Social que supera el millón de personas, lo hacían como autónomos. Esta cifra ha crecido un 3,89% entre todos los afiliados, españoles o no, en doce meses. La evolución entre los extranjeros ha sido mucho mayor: de octubre de 2003 al mes pasado, los autónomos venidos de fuera aumentaron un 17,29%, lo que significa que un número cada vez más importante de inmigrantes se embarca en la aventura empresarial.

Los nacionales del Reino Unido y Alemania son los primeros de la lista, con negocios "en las zonas donde se concentra el turismo y la población de ancianos de sus países", según fuentes de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social. Los ciudadanos comunitarios no tienen grandes dificultades para montar sus empresas, pero los que les siguen en número, los chinos, o en el quinto lugar, los marroquíes, deben superar más barreras. Aun así, un estudio del Centro de Emprendedores de la Junta de Andalucía asegura que la tasa de autoempleo de la población nacional (6,54 por cada 100 habitantes) es inferior a la de origen extranjero (6,89).

Huir del empleo precario

José Luis Mejías, de la cooperativa Trans-Formando, consultora social pionera en la promoción del autoempleo entre los inmigrantes (trabajan en ello desde 1998), asegura que el perfil de estas personas es emprendedor, "porque quieren huir del empleo precario, y han tenido la valentía de dejar todo atrás cuando emigraron para mejorar su vida".

Pero las ganas de prosperar no son suficientes. Rodrigo Basco, argentino y presidente de la Asociación de Inmigrantes Empresarios en España, se queja de "los tres o cuatro meses" que tienen que esperar los inmigrantes para obtener el cambio de su permiso de trabajo por cuenta ajena a otro de autónomo, "lo que hace que muchas veces se pierdan oportunidades de negocio". Además, la formación empresarial de los inmigrantes que montan pequeños negocios es con frecuencia escasa. Basco cuenta cómo algunos se sorprenden al enterarse de los impuestos, cotizaciones y tasas que se pagan en España, por venir de países en los que sistema fiscal es muy débil: "¡Aquí se paga por todo!, dicen".

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Trans-Formando ha puesto en marcha un proyecto con financiación del programa Leonardo de la Unión Europea, para diseñar programas formativos dirigidos a inmigrantes emprendedores. Se trata del proyecto Lacer -por Cayo Lacer, el arquitecto romano que construyó en el siglo I el puente de Alcántara, en Cáceres, "ejemplo de inmigrante cualificado y emprendedor"-, estudio que ha identificado las carencias de estos empresarios: "La idea de negocio no suele ser muy concreta; se trata de empresas pequeñas, en sectores poco rentables, intensivas en personal; se centran en profesiones que no requieren un título, desperdiciando su experiencia; el índice de fracaso es mayor que en las empresas creadas por los autóctonos".

La profesora de Economía de la Universidad Pontificia Comillas Mercedes Fernández destaca que "muchos de los inmigrantes son empresarios por necesidad, para escapar de la precariedad laboral, no por oportunidad de negocio". Según esta experta en impacto económico de las migraciones, el fenómeno "es todavía muy reciente y necesita ser estudiado; nosotros fuimos los que emigrábamos hasta hace bien poco", recuerda.

En el Ministerio de Economía francés calculan que medio millón de pequeños negocios cerrarán en ese país en los próximos años por la jubilación de sus propietarios, y creen que los inmigrantes son candidatos para retomarlos. Basco asegura que esto ya está pasando en España donde miles de inmigrantes alquilan locales cerrados desde hace años, "dinamizando la economía en beneficio de todos".

El ímpetu emprendedor chino

Todo ciudadano chino es un empresario en potencia. La aseveración es manifiesta cuando se coteja la cifra de inmigrantes chinos en España con los que están dados de alta en la Seguridad Social. De los 64.999 ciudadanos de ese país asiático con permiso de residencia, 35.882 trabajan legalmente. Pues bien, de los chinos que cotizan, casi un tercio (10.885) tiene su propio negocio, o al menos consta como autónomo. Si a este número se le añade los nacionalizados españoles (alrededor de 3.000), que en su mayoría también regenta comercios, la colonia china destaca como la más emprendedora e industriosa.

"El ideal de todos los chinos es llegar a tener una pequeña empresa familiar", explica Joaquín Beltrán, profesor de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Barcelona. La inmigración china sigue un patrón cultural que les impulsa a pasar de asalariados a montar su propia empresa. "Primero trabajan en negocios de otros compatriotas hasta que consiguen ahorrar capital; entonces abren una tienda o un restaurante con sus familiares".

Beltrán prevé un aumento de empresarios chinos, dado que "cada vez llegan más, tantos que tienen que trabajar para españoles porque su nicho de mercado étnico no da abasto para emplearles". En Barcelona, ya hay chinos trabajando en la construcción y en industrias cárnicas y de embalajes.

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