Las municipales de Bolivia permiten a los indígenas ganar peso político

Quechuas y aimaras pugnan por gran parte de las 327 alcaldías en juego

Las elecciones municipales de ayer en Bolivia son históricas para más de medio centenar de agrupaciones de pueblos indígenas que, por primera vez, participan con candidatos propios en gran parte de los 327 municipios del país y rompen así una larga exclusión que, hasta ahora, no les permitió acercarse tanto al poder político. Bolivia tiene casi nueve millones de habitantes y un 70% son indígenas, principalmente quechuas y aimaras.

En Bolivia se espera que la alta participación que se estaba registrando en estos comicios logren definir un nuevo mapa político en el que prime la actividad ...

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Las elecciones municipales de ayer en Bolivia son históricas para más de medio centenar de agrupaciones de pueblos indígenas que, por primera vez, participan con candidatos propios en gran parte de los 327 municipios del país y rompen así una larga exclusión que, hasta ahora, no les permitió acercarse tanto al poder político. Bolivia tiene casi nueve millones de habitantes y un 70% son indígenas, principalmente quechuas y aimaras.

En Bolivia se espera que la alta participación que se estaba registrando en estos comicios logren definir un nuevo mapa político en el que prime la actividad ciudadana, y en especial la indígena, con más de 300 agrupaciones; pero también puedan revitalizar la acción de los partidos políticos, que cayeron en desgracia tras la peor eclosión social en el país, en octubre de 2003. El resentimiento contra los partidos políticos tradicionales, especialmente contra aquellos que cogobernaron con el ahora ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, es todavía muy fuerte, y esto quedó patente ayer en varios colegios electorales en las primeras horas de votación.

En uno de estos colegios en la capital, La Paz, el candidato del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y sus principales dirigentes fueron abucheados y hasta agredidos. El MNR, partido de Sánchez de Lozada (dos veces presidente: 1993-1997 y 2002-2003), fue el ganador de las últimas tres elecciones municipales, celebradas en 1993, 1995 y 1999. Los sondeos han vaticinado una notable caída de la práctica totalidad de los 17 partidos políticos participantes en los comicios, que en esta ocasión deberán enfrentarse además a las 343 agrupaciones ciudadanas y 59 movimientos indígenas inscritos.

Muy dispersos en el vasto territorio boliviano, los pueblos indígenas han tratado de elegir a quienes consideraron que pueden representarlos mejor, es decir, a los que sepan leer y escribir y hayan cumplido con el servicio militar. Uno de los dirigentes campesinos quechuas, Alejo Véliz, aseguró desde Cochabamba que los campesinos e indígenas emitirán un voto consciente, no solamente impulsado "por el corazón o el estómago".

Desde Lahuachaca, un pequeño poblado a la orilla de la carretera entre Cochabamba y La Paz, las autoridades indígenas denunciaron a través de los medios de comunicación locales al socialdemócrata Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR, dirigido por el ex presidente Jaime Paz Zamora), cuyos militantes, supuestamente, estaban "comprando votos" a cambio de 20 bolivianos (dos euros) y una frazada.

Nuevo escenario

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Apenas iniciada la jornada laboral, el presidente de Bolivia, Carlos Mesa, destacó en La Paz que con las nuevas reformas y las leyes aprobadas en el último año, el pueblo tiene una mayor capacidad de decisión, aún más que los grupos elitistas que siempre gobernaron el país. Mesa también subrayó  la importancia de "recomponer el escenario político", pues no puede haber una democracia sólida "sin un sistema político fuerte". 

Mesa no tiene un amplio apoyo en el Parlamento y su Gobierno se ha asentado casi exclusivamente sobre el respaldo popular, aun cuando éste se ha reducido en los últimos meses debido principalmente a que los anunciados logros en política económica no se han reflejado en la calidad de vida de los bolivianos. Más de la mitad viven en pobreza y extrema pobreza. Con el prestigio de los partidos políticos bajo mínimos, varios de los más importantes candidatos a las alcaldías de las ciudades optaron por alejarse y ampararse en agrupaciones ciudadanas para intentar lograr la reelección, como es el caso del ex alcalde José Luis Paredes en la ciudad dormitorio de El Alto. Renunció al MIR y formó el Plan Progreso (PP), y se encuentra entre uno de los favoritos con más del 60% en las encuestas de intención de voto.

El Movimiento al Socialismo, del diputado y líder quechua de los cocaleros Evo Morales, es una de las pocas agrupaciones partidarias que tiene candidatos en 317 de los 327 municipios, lo que puede darle grandes réditos en las elecciones presidenciales de 2007, pero con mayor antelación en la Asamblea Constituyente, cuyo proceso se espera culminar el próximo año para alcanzar cambios que pueden transformar la cara a Bolivia.

El resultado definitivo de los comicios municipales de ayer en Bolivia se conocerán en los próximos días.

Roberto de la Cruz, candidato del Movimiento 17 de Octubre a la alcaldía de El Alto, deposita su voto en la urna.EFE

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