LA COMPARECENCIA DEL EX PRESIDENTE

Cambio de decorado y actores

Aznar compareció en la Sala Internacional del Congreso, con Zaplana como nuevo portavoz y protestas y apoyos frente al palacio

Nuevo decorado y nuevos actores para la comparecencia del ex presidente José María Aznar ante la comisión de investigación del 11-M. La austera sala de comisiones donde se han venido celebrando las sesiones se cambió por la Sala Internacional que, en principio, está reservada para ciertas solemnidades y los portavoces habituales del PP callaron ayer en favor de su jefe de filas, Eduardo Zaplana.

Lo imponente del escenario no afectó a la mayor singularidad que el Parlamento español ofrece para las comisiones de investigación, sino que la hizo aún más visible: sea un ex presidente del Gob...

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Nuevo decorado y nuevos actores para la comparecencia del ex presidente José María Aznar ante la comisión de investigación del 11-M. La austera sala de comisiones donde se han venido celebrando las sesiones se cambió por la Sala Internacional que, en principio, está reservada para ciertas solemnidades y los portavoces habituales del PP callaron ayer en favor de su jefe de filas, Eduardo Zaplana.

Lo imponente del escenario no afectó a la mayor singularidad que el Parlamento español ofrece para las comisiones de investigación, sino que la hizo aún más visible: sea un ex presidente del Gobierno, Aznar, o un presunto delincuente, como Antonio Camacho en Gescartera, todos lo hacen aupados en el estrado, por encima de los diputados que, al parecer, les investigan.

Abundaron tanto los discursos de contenido político como las preguntas y respuestas
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Puede que de esa singularidad arranquen otras difíciles de encajar en una comisión investigadora: las casi 11 horas de Aznar respondiendo a los parlamentarios terminaron con una ovación prolongada de la cuarentena larga de diputados del PP que asistieron durante toda la jornada a su comparecencia. También puede sonar insólito que Aznar concluyese con un durísimo alegato político contra el PSOE y que, a lo largo del día, abundasen tanto más que las preguntas y respuestas las reflexiones o los discursos de contenido político.

Entre los diputados que arropaban al ex presidente seis fueron ministros en alguno de sus Gobiernos: Zaplana, Ángel Acebes, José María Michavila, Federico Trillo, Elvira Rodríguez y Celia Villalobos. También asistió el ex secretario de Estado de seguridad Ignacio Astarloa.

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También frente al palacio del Congreso cambió el paisaje habitual. Desde las nueve de la mañana dos grupos diferenciados: uno de familiares de las víctimas, con una treintena de personas que exhibían las palmas de sus manos pintadas de rojo exigiendo responsabilidades a Aznar y al Gobierno que presidía.

Cerca, un centenar largo de manifestantes con gritos de apoyo al ex presidente y ataques al PSOE y al Grupo Prisa: "¡Aznar, siempre, serás mi presidente!", "¡Rubalcaba, manipulador!", "¡Zapatero, embustero!" o "Grupo Prisa, España no se pisa".

Pasadas las ocho de la noche los dos grupos, en pro y en contra, se hicieron presentes de nuevo pero, esta vez, los que apoyaban a Aznar profirieron insultos al paso de Gaspar Llamazares (IU) y de Diego López Garrido(PSOE) a los que gritaron "¡Asesino!", y "¡No eres español!", además de "¡Viva España!".

Dentro también hubo cambios entre los actores del Grupo Popular. En el centro se situó el portavoz, Eduardo Zaplana, y a su derecha el ex ministro de Interior Ángel Acebes. Los dos nuevos ante la comisión. El resto de los grupos mantuvieron a sus portavoces habituales.

Sólo hubo un par de descansos de 10 minutos, así que Aznar no pudo probar el cordero asado que, según informaron desde el Grupo Popular, alguien le hizo llegar hasta el Congreso.

En la sala, durante casi toda la comparecencia se mantuvo un ambiente moderado y los incidentes fueron muy menores. Aznar contestó, en general, en tono comedido, pero eso cambió al final de la tarde porque, en el turno final de repreguntas, recordó al Aznar de sus tiempos del Gobierno, cuando respondía desde el escaño en las sesiones de control: el dedo índice señalando en tono inquisitorial y un timbre de voz acusador contra sus adversarios de forma que las dos horas finales tuvieron más de debate político que de indagación. Margarita Uria (PNV) llegó a pedirle que no le riñese.

Una mención del portavoz del PSOE, Álvaro Cuesta, a la dignidad del presidente estadounidense, George W. Bush, ante la comisión investigadora del 11-S, frente a la que había mantenido Aznar en su comparecencia, provocó un enorme regocijo entre los diputados populares que, al acabar la sesión, lo seguían comentando con los periodistas y una de las muchas andanadas que Aznar arreó en el final de la sesión.

Las formas se guardaron. Para acabar, los portavoces de los distintos grupos se acercaron y despidieron individualmente con un apretón de manos al ex presidente del Gobierno.

Manifestación contra Aznar ante el Congreso al inicio de la comparecencia del ex presidente.GORKA LEJARCEGI
Concentración de apoyo al ex jefe del Ejecutivo ante la Cámara baja.G. L.

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