El "rasgo atávico" del líder caribeño

El almuerzo de ayer fue el único contacto durante esta visita de Hugo Chávez con los inversores españoles, que la víspera esperaron inútilmente su llegada en un hotel madrileño. El plantón a los más de 200 empresarios convocados por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio resultó incómodo también para el Gobierno, que ha querido dar a la visita un perfil eminentemente económico que salvara las aristas políticas que suscitan las maneras populistas del líder caribeño.

Chávez negó que hubiera dado plantón. Explicó que su encuentro con Zapatero había durado más de lo previsto, aunque ter...

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El almuerzo de ayer fue el único contacto durante esta visita de Hugo Chávez con los inversores españoles, que la víspera esperaron inútilmente su llegada en un hotel madrileño. El plantón a los más de 200 empresarios convocados por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio resultó incómodo también para el Gobierno, que ha querido dar a la visita un perfil eminentemente económico que salvara las aristas políticas que suscitan las maneras populistas del líder caribeño.

Chávez negó que hubiera dado plantón. Explicó que su encuentro con Zapatero había durado más de lo previsto, aunque terminó a tiempo para que viera a los empresarios, que tenía otros tres compromisos durante la misma tarde y que, tras consultar con las Cámaras la posibilidad de hacer una aparición final de pocos minutos, se decidió cancelar la cita. Esta versión no coincide con la de los organizadores del acto del lunes, que ya en mayo de 2002, tuvieron dificultades para que se incorporara a una cena anunciada incluso con gran retraso. En estos medios tiende a considerarse que la impuntualidad del líder venezolano no es una muestra de desinterés o desprecio, sino un "rasgo atávico".

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