Un hombre con antecedentes por violación y maltrato mata a su pareja en Huelva

La abuela de la víctima fallece de infarto tras conocer el crimen, y el agresor intenta suicidarse

María Teresa Otero Vélez, de 37 años y profesora de inglés en Huelva, murió el jueves acuchillada por su ex pareja, Edel Cedeño Mora, cubano, de 27 años. El presunto asesino resultó gravemente herido al intentar quemarse junto al cadáver. Cedeño Mora, que pasó dos años en una prisión cubana por violación, fue denunciado tres veces por agresiones y tenía orden de alejamiento de su ex esposa, una española con la que estuvo casado durante 15 días en Barcelona. La abuela de la víctima murió ayer de infarto al conocer los hechos.

El supuesto homicida condujo a la víctima a punta de cuchillo ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

María Teresa Otero Vélez, de 37 años y profesora de inglés en Huelva, murió el jueves acuchillada por su ex pareja, Edel Cedeño Mora, cubano, de 27 años. El presunto asesino resultó gravemente herido al intentar quemarse junto al cadáver. Cedeño Mora, que pasó dos años en una prisión cubana por violación, fue denunciado tres veces por agresiones y tenía orden de alejamiento de su ex esposa, una española con la que estuvo casado durante 15 días en Barcelona. La abuela de la víctima murió ayer de infarto al conocer los hechos.

Más información

El supuesto homicida condujo a la víctima a punta de cuchillo en el vehículo de ésta hasta un descampado en las inmediaciones del nuevo estadio Colombino de fútbol de la ciudad, según fuentes policiales. El crimen se produjo en el interior del coche sobre las 22.30. El agresor le asestó varias puñaladas mortales en el cuello, roció el cuerpo de la mujer y el vehículo con gasolina y les prendió fuego. Posteriormente, el hombre también se intentó quemar al ser sorprendido por un vigilante de seguridad, según las mismas fuentes. Al cierre de esta edición, Edel Cedeño permanecía en estado crítico en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, con quemaduras en gran parte de su cuerpo.

María Teresa Otero, que conoció a su agresor durante una visita a Madrid en mayo pasado, trató sin éxito de romper la relación en varias ocasiones tras sufrir continuas amenazas. La mujer había contactado con Miriadas, la asociación de mujeres maltratadas de Huelva, después de que la ex esposa del presunto homicida le alertara sobre el carácter agresivo de éste hombre. Edel Cedeño, fue boxeador y llegó a España en enero de 2004.

La coordinadora de Miriadas, Alicia Narciso, afirmó ayer que María Teresa Otero quería separarse de su pareja de forma "no traumática" y que "no aceptó irse de la ciudad, a pesar de que le habían conseguido un traslado para un instituto en la Sierra de Huelva". El pasado jueves hizo un último intento por romper con su pareja de forma pacífica. "Él la llamó por teléfono para tratar de arreglar la relación. Le pidió que se vieran en su casa. Ella le reclamó que le devolviera sus cosas y por eso fue hasta el portal, pero no entró. Nosotros siempre le hemos advertido de lo peligroso que resultaba que se vieran a solas. Él bajó a la puerta y la amenazó con un cuchillo. La obligó a subirse al coche, la condujo a un descampado y allí la mató violentamente, a sangre fría", narró ayer Alicia Narciso. "Es la primera socia que perdemos. Nunca pensamos que nos podía tocar tan cerca. Creíamos que al llegar a Miriadas estaban arropadas. Ahora nos damos cuenta de que aún necesitamos más ayuda", añadió.

Alicia Narciso indicó que María Teresa Otero estaba "aterrada" y que el miedo le impidió denunciar las amenazas. "Era una soñadora y pensaba que podría controlar la situación. La idea de marcharse de Huelva y dejar solas a su madre y su abuela no le gustaba en absoluto. Siempre estábamos en contacto telefónico, incluso en las últimas horas, antes de ser asesinada. Pedía consejo", dijo.

Los amigos de la víctima, que se concentraron ayer en una céntrica plaza, afirmaron que el supuesto asesino la separó de su grupo, la controlaba y la acosaba permanentemente. "Tenía control de las llamadas de teléfono y de todos sus movimientos. Era un cínico", afirmó un conocido de la víctima.

María Teresa Otero no había advertido en el centro donde trabajaba, el instituto Pintor Pedro Gómez, de las continuas amenazas que sufría. En el instituto se vivía ayer una profunda conmoción. Algunos de los alumnos de la profesora asesinada rompieron a llorar al enterarse de lo ocurrido.

El director del instituto, Antonio Barroso, con el rostro desencajado por el dolor afirmó: "Estamos consternados. Era una persona tan cordial, tan implicada en el centro, tan apasionada de su trabajo... Nunca pudimos imaginar algo semejante. La noticia nos ha caído como un bombazo". El centro escolar suspendió ayer las clases en señal de luto.

Protesta convocada ayer en Huelva por la asociación Miriadas, a la que pertenecía María Teresa Otero Vélez.EFE

Archivado En