AVANZADILLA EN LA INTEGRACIÓN DE ALUMNOS CON PROBLEMAS AUDITIVOS | Aulas

La atención al alumnado sordo andaluz es diez veces mayor que la media nacional

El 90% de los 1.442 estudiantes con déficit auditivo acude a centros ordinarios

Es casi mediodía y Raúl agota las pocas horas que le restan de jornada escolar jugando con plastilina con su amigo Pablo. Raúl tiene cinco años y es alumno de Infantil del colegio público García Lorca de Málaga, uno de los centros más veteranos de la provincia en la atención a los alumnos con discapacidades. Según las Federación Andaluza de Asociaciones de Sordos (FASS), en Andalucía el número de alumnos atendidos en Secundaria se multiplica por 10 con respecto a la media de España.

A los tres años, los padres de Raúl se dieron cuenta de que algo no iba bien. El niño no respondía correc...

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Es casi mediodía y Raúl agota las pocas horas que le restan de jornada escolar jugando con plastilina con su amigo Pablo. Raúl tiene cinco años y es alumno de Infantil del colegio público García Lorca de Málaga, uno de los centros más veteranos de la provincia en la atención a los alumnos con discapacidades. Según las Federación Andaluza de Asociaciones de Sordos (FASS), en Andalucía el número de alumnos atendidos en Secundaria se multiplica por 10 con respecto a la media de España.

A los tres años, los padres de Raúl se dieron cuenta de que algo no iba bien. El niño no respondía correctamente a los estímulos sonoros, lo que les llevó a un especialista que determinó que padecía problemas auditivos. La rápida actuación de sus padres ha permitido a Raúl llevar una vida tan normal como cualquier niño de su edad, pese a su déficit auditivo. De ello también se encargan los profesores del colegio García Lorca y, en especial, Micaela Maldonado, la profesora de audición y lenguaje que este curso, además de a Raúl, atiende a otros dos niños con problemas de audición.

Los tres están integrados en aulas ordinarias y siguen el mismo programa de clases que el resto de los alumnos de Infantil y Primaria. Lo único que les diferencia de los demás en cuanto a la enseñanza es que a los tres se les realizan adaptaciones curriculares específicas según su capacidad de comunicación y de comprensión.

De ello se encarga Micaela junto con sus tutores, quienes realizan un seguimiento continuado. "Al estar integrados en clases ordinarias, los primeros 10 días del curso los paso enteros con ellos para conocer cómo se desenvuelven y cuál es su capacidad de comunicación", explica la profesora. Una vez evaluada la situación, Micaela procede a realizar adaptaciones de los contenidos de las materias que cursa cada uno. "Yo sigo el modelo oral apoyado con el lenguaje de signos para que el niño comprenda y se exprese con más facilidad. La adaptación específica consiste en simplificar el vocabulario a un lenguaje más fácil de comprender para ellos", explica.

Para ello, Micaela se sirve de cualquier truco que contribuya a que estos niños mejoren su capacidad de relacionarse, como adaptar los copiados a imágenes o hacer viñetas de cómics con los deberes. "En estas tareas es muy importante la conexión entre padres, profesores y tutores, ya que a los padres se les imponen ciertos deberes, como mejorar el vocabulario de sus hijos en casa. Y también lo es la participación del resto de la clase en el colegio. Por eso hago actividades que implican a los compañeros en el aula y realizo pequeños grupos de trabajo con varios alumnos en los que el niño con problemas auditivos experimenta grandes avances", relata Micaela mientras mantiene una fluida conversación con Raúl, un niño "extrovertido y completamente integrado" a juicio de Remedios Franco, otra de sus profesoras de Infantil.

Como Raúl, 1.442 alumnos sordos, con déficit auditivo o hipoacúsico fueron escolarizados en los colegios e institutos de Andalucía el pasado curso 2003-2004. La mayoría de ellos, casi el 90%, cursó sus estudios en centros ordinarios, mientras que el resto lo hizo en alguno de los centros especializados en su discapacidad existentes en la comunidad.

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Una cifra que revela el alto grado de atención que los alumnos con problemas auditivos encuentran en Andalucía, según explica José Victoria, responsable de comunicación de la FAAS. Victoria señala que Andalucía puede presumir de ser una de las comunidades del país donde mayor atención se presta a este alumnado, apoyo que puede alcanzar unas diez veces más que la media nacional. "Andalucía es la comunidad que presenta más avances en la implantación de la lengua de signos y en la presencia de intérpretes en los centros educativos", indica Victoria.

Este curso, según datos de la Consejería de Educación, la totalidad de los centros públicos de Infantil y Primaria integran de forma habitual a alumnos con discapacidades educativas especiales, entre los que se encuentran parte del 5,39% del alumnado con problemas auditivos.

Para ellos hay 39 institutos de actuación preferente para la atención de alumnos sordos (300), que cuentan con intérpretes (37) y con profesorado especializado en apoyo curricular (36) . Además, 12 colegios desarrollan experiencias de educación bilingüe en castellano y lengua de signos española (LSE) en Almería, Cádiz, Huelva, Jaén, Sevilla y Granada, que cuenta con siete centros de estas características.

Tres equipos de orientación educativa integrados por psicólogos, pedagogos, médicos, logopedas y profesores especializados atienden a este tipo de alumnado. Además, los convenios suscritos con la FAAS para mejorar la atención educativa de estos escolares han permitido la dotación de 37 intérpretes de LSE.

La universidad, un obstáculo

Los apoyos que encuentran los estudiantes sordos durante en la enseñanza obligatoria se tornan, sin embargo, en obstáculos cuando llegan a la universidad. Así lo asegura Francisco Alonso, responsable de Educación de la FAAS en Málaga. Alonso denuncia que la mayoría de las universidades andaluzas no han avanzado nada desde que hace ya más de 10 años se alcanzasen los primeros convenios para dotar a los estudiantes con problemas auditivos de un intérprete en LSE. Sólo las de Granada, Cádiz, Sevilla o Almería cumplen con lo establecido, mientras que en las demás son los propios alumnos sordos los que han de costearse de su bolsillo los cerca de 500 euros que cuesta al mes el servicio de un intérprete en LSE, "ya que el dinero que destinan a la atención de este alumnado es escaso para cubrir las necesidades y la mayoría de las veces llega tarde", indica.

Así, pone como ejemplo que de los cerca de 50 estudiantes que el pasado curso acabaron sus estudios de Secundaria en Málaga, la mayoría ha optado por irse a estudiar la carrera a Granada, dado que la Universidad de Málaga no les ofrece las suficientes garantías. En Málaga hay actualmente tres alumnos en la universidad, frente a los 19 de Granada.

Actualmente, según la FAAS, entre 30 y 40 universitarios andaluces sordos cuentan con un intérprete, mientras que en el resto de España solamente reciben este apoyo tres o cuatro estudiantes. "Esto deberá cambiar en cuanto el Gobierno apruebe la ley que dé carácter oficial a la lengua de signos", señala Alonso. "Esta ley obligará a las comunidades a invertir y cubrir las necesidades de los sordos".

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