La UE exige a Turquía la reforma urgente de su Código Penal

La Comisión advierte de que están en juego las negociaciones de adhesión a la UE

La tensión entre Bruselas y Ankara sube día a día a sólo dos semanas de que la Comisión Europea diga si Turquía cumple o no los requisitos para abrir las negociaciones de adhesión a la Unión Europea. El Ejecutivo comunitario advirtió ayer de que las negociaciones no podrán comenzar si Turquía no adopta antes un nuevo Código Penal acorde con los valores europeos. La reforma de esta ley se encuentra bloqueada.

El comisario de la Ampliación, el alemán Gunter Verheugen, convocó el sábado con urgencia al embajador turco ante la UE, Oguz Demiralp, para exigir aclaraciones.

La subida d...

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La tensión entre Bruselas y Ankara sube día a día a sólo dos semanas de que la Comisión Europea diga si Turquía cumple o no los requisitos para abrir las negociaciones de adhesión a la Unión Europea. El Ejecutivo comunitario advirtió ayer de que las negociaciones no podrán comenzar si Turquía no adopta antes un nuevo Código Penal acorde con los valores europeos. La reforma de esta ley se encuentra bloqueada.

El comisario de la Ampliación, el alemán Gunter Verheugen, convocó el sábado con urgencia al embajador turco ante la UE, Oguz Demiralp, para exigir aclaraciones.

La subida de tono se debe a que el Gobierno del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y sus parlamentarios del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas en turco) optaron la semana pasada por interrumpir la tramitación del nuevo Código Penal en medio de las fuertes protestas de Bruselas para que las autoridades turcas desistieran de incluir el adulterio entre los delitos castigados con penas de prisión. "Es intolerable", avisó la Comisión.

El adulterio

Ante semejante reacción del Ejecutivo comunitario, el Gobierno turco optó por no enviar al Parlamento su propuesta sobre el adulterio, que en Turquía dejó de ser delito en 1996, pero tampoco ha aclarado si lo hará en el futuro. A la vez, el Parlamento turco decidió no reanudar los debates sobre el Código al menos hasta el 1 de octubre, con lo que será imposible que la nueva legislación esté aprobada antes de que Bruselas opine si Ankara cumple o no los requisitos políticos para negociar su entrada en el club.

Fueron estas maniobras las que originaron el inusitado gesto de la Comisión de convocar con urgencia y de forma extraordinaria al embajador Demiralp el pasado sábado. El comisario de la Ampliación le lanzó una llamada al orden, pero Ankara no había transmitido aún ayer las aclaraciones exigidas. Un portavoz de la Embajada turca señaló ayer a este periódico que Demiralp está convencido de que su país continuará "con el proceso de reformas" y que ya están superadas hace años las tensiones que en su día pudo haber entre Bruselas y Ankara.

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La Comisión difundirá su informe el próximo día 6, pero "dirá claramente que las negociaciones no pueden comenzar si no está adoptado un elemento crucial como es la reforma del Código Penal", señaló el portavoz de Verheugen. El comisario verá pasado mañana en Bruselas al primer ministro Erdogan, quien se entrevistará también con los líderes del Parlamento Europeo.

El conservador alemán Hans-Gert Poettering, presidente del principal grupo de la Eurocámara (el del Partido Popular Europeo), ya ha dicho que él no apoya el ingreso de Turquía en la UE. Como Angela Merkel, la líder de la CDU alemana, también prefiere que se firme con Ankara un acuerdo especial de vecindad, como el propuesto para Ucrania, Bielorrusia, Marruecos o Argelia: los signatarios tendrán derechos casi idénticos a los socios del club de la UE, pero nunca participarán en sus instituciones.

En medio de la fuerte polémica que ya ha desatado el posible acceso de Turquía, que en el mejor de los casos no se produciría al menos hasta 2015 o 2020, el ministro francés de Interior, Dominique de Villepin, dijo que hay que ser "exigente" con Ankara, aunque sin cerrarle la puerta, según informan varias agencias, mientras su colega de Educación, François Fillon, se mostró partidario de aclarar antes cuáles son los límites geográficos de la Unión.

Mientras, una encuesta difundida en Dinamarca señala que el 49% de los daneses rechaza la entrada de Turquía (el 19% de los encuestados argumenta que es un país musulmán), mientras en Austria, el ultraconservador Partido de la Libertad, que apoya al Gobierno de Wolfgang Schüssel, advierte de que retirará tal apoyo si el Ejecutivo austriaco apoya la apertura de negociaciones con Turquía en la cumbre europea del próximo diciembre.

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