Tribuna:

Memoria antifascista

Francia está celebrando estos meses el 60º aniversario de la liberación de la ocupación nazi con una serie de actos que van desde la conmemoración del desembarco de Normandía hasta la celebración de la liberación de París, pasando por un sinfín de actividades a escala local, en las que se rememora la lucha de la resistencia y el fin de la ocupación alemana. En los actos celebrados en París tuve la oportunidad de asistir, con una delegación formada por antiguos guerrilleros y colaboradores de la resistencia catalanes, al reconocimiento por la ciudad de París del papel de los republicanos españo...

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Francia está celebrando estos meses el 60º aniversario de la liberación de la ocupación nazi con una serie de actos que van desde la conmemoración del desembarco de Normandía hasta la celebración de la liberación de París, pasando por un sinfín de actividades a escala local, en las que se rememora la lucha de la resistencia y el fin de la ocupación alemana. En los actos celebrados en París tuve la oportunidad de asistir, con una delegación formada por antiguos guerrilleros y colaboradores de la resistencia catalanes, al reconocimiento por la ciudad de París del papel de los republicanos españoles en la liberación. De hecho, los primeros blindados de la Francia libre que vieron los parisienses tenían nombres como Ebro, Madrid, Brunete, Jarama, Guadalajara, y estaban tripulados por republicanos españoles.

Los combatientes republicanos estuvieron prácticamente en todos los escenarios europeos de la II Guerra Mundial, de Noruega al norte de África, del frente ruso a la Francia ocupada; ya sea en unidades regulares o en el maquis; realizando trabajos forzados o en campos de exterminio como Mauthausen. La Europa democrática se olvidó de la España republicana, los combatientes republicanos no se olvidaron de que era necesario combatir y derrotar al fascismo allí donde se encontrara. Las potencias democráticas, como ya hicieran en 1936, permitieron la continuidad de la dictadura franquista con total impunidad. Se trata, pues, de combatientes doblemente derrotados, en 1939 y en 1945 cuando, después de liberar Francia, no pudieron liberar Cataluña ni España del franquismo.

El antifascismo generó en Europa una cultura democrática arraigada y un anhelo de transformación social que quedaron reflejados en las constituciones elaboradas en la posguerra y en conquistas sociales que produjeron el Estado de bienestar. España estuvo ajena a este proceso, sometida a la dictadura franquista. La presencia de una delegación española, encabezada por el presidente del Senado, y con la participación de los gobiernos catalán, asturiano y vasco, es un reconocimiento a todos los que combatieron por la democracia en Francia y simboliza la identificación entre los valores de nuestra democracia y los valores de la lucha contra el fascismo hace 60 años. La lucha contra el franquismo, por más que se intente reescribir la historia diluyendo su carácter con el calificativo de régimen autoritario, no puede desligarse de la lucha contra el fascismo y a favor de la democracia, los derechos sociales y el reconocimiento de los derechos nacionales.

No existen instituciones y sistemas políticos sin referentes históricos, como no pueden existir sociedades sin una memoria colectiva común. Las referencias históricas del actual sistema democrático y la legitimidad democrática misma sólo pueden encontrarse en la II República, en la lucha contra el fascismo en Europa y en el antifranquismo, aún no suficientemente valorados y reconocidos institucionalmente. Estos son los elementos con los que forjar un imaginario democrático común. La importancia que las instituciones francesas y la propia sociedad han dado al 60º aniversario de la Liberación, pone en evidencia, aún más, los años de retraso que llevamos en la recuperación de la memoria de la lucha por la democracia y la necesidad de recordar aquí el papel de los republicanos españoles en la liberación de Europa y en el movimiento antifranquista.

En el año 2005 se cumplirá el 60º aniversario del final de la II Guerra Mundial. Es necesario que el Gobierno del Estado asuma la conmemoración de la participación de los republicanos en la lucha contra el fascismo en Europa, en todas sus dimensiones, en los frentes, en la resistencia o en los campos de exterminio. La Generalitat ya ha firmado un acuerdo con la Amical de Mauthausen para conmemorar el 60º aniversario de la liberación de los campos de concentración, en el marco del memorial democrático para la recuperación de la memoria histórica que va a crear el Gobierno de la Generalitat, entre otras actvidades, para dar a conocer a la ciudadanía la lucha por la recuperación de la democracia y las libertades nacionales de Cataluña. La memoria de la lucha por la democracia en España y en Cataluña no es la historia de la oposición a una dictadura menor o periférica, sino que forma parte común, con las particularidades históricas que se quieran, de la memoria europea de la lucha contra el fascismo, como atestiguan los miles de personas que dieron los mejores años de su vida, cuando no la vida misma, por una Europa, una España y una Cataluña libres. Los republicanos españoles, como recuerda Javier Cercas en Soldados de Salamina, la inmensa mayoría de ellos luchadores anónimos, contribuyeron a la salvación de la civilización democrática. Eso merece algo más que un simple recuerdo en París.

Joan Saura es consejero de Relaciones Institucionales y Participación de la Generalitat.

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