Miren Azkarate responde a Otegi que debe condenar la violencia si quiere acuerdos sobre el 'plan Ibarretxe'

La consejera portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, respondió ayer al emplazamiento realizado la víspera por el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, que su formación deberá condenar la violencia si quiere alcanzar acuerdos sobre el plan Ibarretxe. Azkarate dijo a Otegi que serán los miembros de su grupo en el Parlamento vasco, Sozialista Abertzaleak (SA), quienes deberán explicar a sus votantes su negativa a secundar la propuesta soberanista.

Otegi advirtió formalmente el lunes al lehendakari y al PNV de que, si quieren conseguir su apoyo -el único mod...

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La consejera portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, respondió ayer al emplazamiento realizado la víspera por el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, que su formación deberá condenar la violencia si quiere alcanzar acuerdos sobre el plan Ibarretxe. Azkarate dijo a Otegi que serán los miembros de su grupo en el Parlamento vasco, Sozialista Abertzaleak (SA), quienes deberán explicar a sus votantes su negativa a secundar la propuesta soberanista.

Otegi advirtió formalmente el lunes al lehendakari y al PNV de que, si quieren conseguir su apoyo -el único modo de sacar adelante el plan en la Cámara-, tendrán primero que decir públicamente que quieren la negociación con Batasuna. Recalcó que es con Batasuna, diferenciándola del grupo parlamentario, con quien la ejecutiva del PNV y, en su caso, el Gobierno vasco, deberán establecer la negociación. Otegi exigió como condición previa esa expresión pública del deseo de negociar con su formación, que debería efectuar la ejecutiva del PNV. También planteó establecer un calendario de encuentros entre ambos partidos para trabajar en la búsqueda de acuerdos sustantivos que posibiliten el voto afirmativo de SA.

Batasuna se siente fuerte en la recta final del debate parlamentario sobre el plan Ibarretxe, ya que los suyos son los únicos votos que podrían dar la mayoría absoluta exigida al proyecto por el propio Estatuto de Autonomía y permitiría así su remisión al Congreso de los Diputados. El plan mueve entre la perspectiva de la derrota parlamentaria, y su consiguiente decaimiento como proyecto legal, y su aprobación con los votos de Batasuna, que la oposición e incluso parte del Gobierno y del PNV consideran contaminados por las vinculaciones del grupo radical con ETA.

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