La difícil marcha del 'plan Ibarretxe'

Una de las principales incógnitas del inicio de temporada es el desarrollo de la situación política en el País Vasco. El PNV dice que su atención está puesta básicamente en el propio Parlamento de Vitoria y en el debate de la propuesta del lehendakari para un nuevo estatuto político, conocido como el plan Ibarretxe, mucho más que en cualquier otra iniciativa política de Madrid.

Sin embargo, la novedad podría residir en el impacto que tenga en Euskadi un eventual acuerdo entre las principales fuerzas políticas catalanas, encabezadas por los socialistas, para modificar su pr...

Una de las principales incógnitas del inicio de temporada es el desarrollo de la situación política en el País Vasco. El PNV dice que su atención está puesta básicamente en el propio Parlamento de Vitoria y en el debate de la propuesta del lehendakari para un nuevo estatuto político, conocido como el plan Ibarretxe, mucho más que en cualquier otra iniciativa política de Madrid.

Sin embargo, la novedad podría residir en el impacto que tenga en Euskadi un eventual acuerdo entre las principales fuerzas políticas catalanas, encabezadas por los socialistas, para modificar su propio estatuto de autonomía. Muchos sectores del PNV aseguran que hay numerosos elementos compartidos, como el sentido garantista de los Estatutos, el sentimiento de comunidad nacional o la presencia en la instituciones europeas, que también defiende Cataluña, pero al mismo tiempo resaltan que, de momento, no existe ningún texto concreto catalán, y que ni tan siquiera se conoce el procedimiento por el que será discutido en el Parlamento de Barcelona.

El texto de Ibarretxe, por el contrario, aseguran, tiene su propio ritmo y seguirá su procedimiento parlamentario normal en septiembre, con la idea de que sea votado antes de fin de año. Es decir, antes, probablemente, de que exista ninguna propuesta catalana.

La única forma de que el proyecto de Ibarretxe salga adelante en el Parlamento de Vitoria sería con el apoyo de HB, algo que no está claro que se vaya a producir. El portavoz de HB, Arnaldo Otegi, anunció este mismo viernes que su grupo presentará en septiembre un texto completo alternativo, pero eso no aclara las dudas sobre si pretende abrir una negociación con el PNV cara al pleno de diciembre o si ya ha decidido paralizar el proyecto del lehendakari.

El PNV asegura que ETA intentará impedir un normal desarrollo del debate vasco y que la prueba son los actos de kale borroka de este verano, así como los atentados ocurridos en zonas veraniegas del norte. Para los partidos de la oposición lo único que significa es que ETA sigue activa y no excluyen ninguna posición por parte de HB.

Al margen de la dinámica interna vasca, existe curiosidad por saber si el lehendakari aceptará acudir a la Conferencia de Presidentes de Comunidades Autónomas que convocará el ministro Jordi Sevilla. Por el momento, el Gobierno vasco se ha limitado a decir que será una decisión adoptada conjuntamente por los tres partidos que forman el Gobierno y que dependerá de los contenidos y del orden del día de la conferencia. Ni tan siquiera está claro si el lehendakari contestará al cuestionario enviado por el ministro a todos los presidentes autonómicos para que esbocen, ellos mismos, una posible lista de temas a tratar.

Otra decisión "externa" que tendrá que tomar el PNV inmediatamente será su posición en el referéndum de febrero sobre la Constitución europea. Josu Jon Imaz, presidente del Euskadi Buru Batzar, habla de "nuevo tratado" en lugar de Constitución, pero lo califica de "paso adelante", aunque añade enseguida "quizás demasiado pequeño".

"Para el PNV, con una larguísima tradición de defensa de la Unión Europea, sería extraño pedir el voto en contra de ese Tratado", asegura un miembro de la dirección del partido. Pero añade que todavía no se ha decidido nada. El proyecto de Constitución europea deja claro que la UE está constituida por Estados y que son ellos los únicos con poder de decisión. Imaz, en un discurso del pasado viernes, sugirió que sería más fácil pedir el voto afirmativo si existiera un gesto previo de Rodríguez Zapatero anunciando que defenderá que en el futuro se acepte el euskera como lengua oficial europea.