Los altavoces de la terraza del parque de Atenas serán precintados

El Ayuntamiento multará al local con 12.000 euros como mínimo

El Ayuntamiento ha dado orden para precintar los altavoces de música de la terraza de moda situada en el parque de Atenas, que acumula denuncias por sobrepasar el límite permitido de decibelios. También ha ordenado que sean retirados otros elementos ilegales de la terraza: las pantallas gigantes, un trozo de la barra y la máquina del tabaco. El municipio ha empezado los trámites para revocar la licencia.

A pesar de que la terraza, denominada Atenas, cuenta sólo con licencia para actuar como quiosco de bebidas, a lo largo de este verano ha venido funcionado como un bar gigante de copas a...

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El Ayuntamiento ha dado orden para precintar los altavoces de música de la terraza de moda situada en el parque de Atenas, que acumula denuncias por sobrepasar el límite permitido de decibelios. También ha ordenado que sean retirados otros elementos ilegales de la terraza: las pantallas gigantes, un trozo de la barra y la máquina del tabaco. El municipio ha empezado los trámites para revocar la licencia.

A pesar de que la terraza, denominada Atenas, cuenta sólo con licencia para actuar como quiosco de bebidas, a lo largo de este verano ha venido funcionado como un bar gigante de copas al aire libre con música. Atrae a centenares de clientes de la capital que toman sus copas sentados en las sillas de una terraza, acodados a la barra o bien semitumbados en el césped del parque de Atenas. Los camareros del establecimiento no tienen empacho en servir copas para que los clientes las consuman en la calle, cosa que está prohibida por la denominada ley antibotellón.

Una treintena de empleados se encarga de servir las copas y cobrar las consumiciones, cuyo precio oscila entre los 2,5 euros de un refresco y los ocho de una copa.

La Concejalía de Medio Ambiente, a cuyo frente se encuentra la edil del PP Paz González, tenía previsto anoche precintar al local los altavoces debido al exceso de decibelios si el dueño no los retiraba voluntariamente antes.

También el concejal de Centro, Luis Asúa, ha asegurado que intervendrá en el asunto. El edil afirma que la terraza sólo cuenta con una licencia para quiosco de bebidas. Esto le permite servir bebidas, pero no instalar altavoces, ni máquinas de tabaco, ni barras que sobresalgan del perímetro permitido por el Ayuntamiento.

Expediente

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La Concejalía de Medio Ambiente, además, ha decidido abrir un expediente, por infracción muy grave a causa del ruido, que puede terminar con una sanción de 12.000 euros como mínimo y de 300.000 como máximo.

Asúa asegura que el municipio precintará en breve otros elementos ilegales además de los altavoces. "Y si se niegan nos los llevaremos en un camión", añade. Por otra parte, el edil de Centro afirma que va a mandar que los técnicos de su junta inicien los trámites necesarios para "revocar la licencia de esta terraza" a fin de que no pueda funcionar el año próximo. "Lo que no podemos permitir es que la gente actúe de esta manera con lo que es de uso público". El concejal se refiere, en concreto, al parque de Atenas, presumiblemente dañado por los clientes de la terraza. "Si es así, la terraza también tendrá que responder de estos daños".

La música, de tipo house o lounge, suena hasta las cuatro de la mañana.

Un lugar con mucha música

La terraza situada en el parque de Atenas, en el distrito de Centro, se caracteriza por tener una música house o lounge que atrae a gran cantidad de público durante las noches de verano, en especial los fines de semana y festivos. De esa música ha dado buena cuenta los agentes de la Unidad de Protección del Medio Ambiente de la Policía Municipal de la capital, que han levantado diversas actas.

Una de ellas reflejaba que el local disponía de un equipo de música, a pesar de tener sólo licencia de quiosco. Los agentes se han presentado por sorpresa en al menos tres ocasiones y han medido los niveles de ruido de esta terraza, y en todas ellas ha superado los niveles permitidos por la ordenanza municipal.

El pasado 13 de agosto, los policías entraron por la calle de Segovia y conforme avanzaban hacia la terraza fueron midiendo el nivel de ruido. Los porteros de este establecimiento -que lucen un pinganillo en una oreja por el que reciben instrucciones- fueron avisando al pinchadiscos, que fue bajando el volumen de la música hasta que era casi imperceptible.

Pero ya era demasiado tarde. Los agentes con el distintivo verde les habían pillado minutos antes: la música estaba sonando a unos 85 decibelios, lo que podía molestar a los vecinos de los edificios limítrofes. Los policías se dirigieron después al encargado y le pidieron toda la documentación.

La mayoría de los clientes no se percató de la presencia policial (cuatro agentes), por lo que siguieron tomando sus consumiciones en los jardines o en las mesas que hay cerca de la barra. Eso sí, en cuanto se marcharon los agentes municipales el pinchadiscos recuperó poco a poco el nivel de sonoridad que había antes de la inspección sorpresa.

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