El autor de las profanaciones en Francia buscaba notoriedad

Michaël Tronchon, huérfano de 25 años, sin estudios ni antecedentes de ningún tipo, es el hombre que el pasado 5 de agosto intentó asesinar cerca de Lyón a un ciudadano de origen magrebí y que, cuatro días más tarde, profanó unas sesenta tumbas en uno de los cementerios judíos de la ciudad francesa. Su objetivo era la búsqueda de notoriedad.

La policía, que disponía de una fotografía y de su ADN a través de una camiseta abandonada en el cementerio, y de la constancia de la adquisición del hacha con que cometió la agresión el 5 de agosto, no tuvo ninguna dificultad para lograr una confes...

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Michaël Tronchon, huérfano de 25 años, sin estudios ni antecedentes de ningún tipo, es el hombre que el pasado 5 de agosto intentó asesinar cerca de Lyón a un ciudadano de origen magrebí y que, cuatro días más tarde, profanó unas sesenta tumbas en uno de los cementerios judíos de la ciudad francesa. Su objetivo era la búsqueda de notoriedad.

La policía, que disponía de una fotografía y de su ADN a través de una camiseta abandonada en el cementerio, y de la constancia de la adquisición del hacha con que cometió la agresión el 5 de agosto, no tuvo ninguna dificultad para lograr una confesión completa de Tronchon, que se arriesga a una condena perpetua de cárcel, que en Francia se traduce en 30 años, por "tentativa de asesinato agravada por motivaciones racistas".

Tras entregarse a la policía el pasado sábado en París, Tronchon ha declarado sentir "un odio visceral contra los árabes" desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Cuando el pasado 17 de julio un marroquí asesinó, con un hacha, a un adolescente en Aviñón, consideró que debía "vengar" el crimen y decidió hacerlo con un arma idéntica y eligiendo, al azar, a un paseante cuyos rasgos físicos le identificasen como magrebí. Tronchon hirió de gravedad a su víctima inocente y el hecho se tradujo en una breve nota en la prensa local.

Para el ansia de celebridad de Tronchon la prensa de Lyón es poca cosa y, tras constatar que los atentados contra tumbas judías obtenían mayor eco y que, incluso, llegaban a provocar una desafortunada intervención del primer ministro israelí Ariel Sharon invitando a emigrar con destino a Israel a todos los franceses de origen o confesión judía, decidió profanar las tumbas del cementerio de La Mouche, en el barrio lyonés de Gerland.

Tras su acción, que firmó con el seudónimo Phineas, Michaël Tronchon telefoneó a la prensa y a la policía de Lyón, enviando a la redacción de un diario un pedazo de lápida para demostrar que él era el autor de las pintadas injuriosas.

Pobreza afectiva

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Tras la muerte de su padre, que no lo reconoció, en 1986 y el suicidio de su madre en 1995, Tronchon se encuentra en un centro para menores en dificultad; tiene cierto talento para el grafismo, pero suspende estudios profesionales.

El escándalo montado alrededor de la profanación de las tumbas, con mensaje del presidente Jacques Chirac, del primer ministro Jean-Pierre Raffarin y movilización de toda la comunidad judía, aparece injustificado ante la debilidad de los argumentos y la soledad política de Tronchon, una personalidad frágil deseosa de popularidad. La actitud misma de los medios de comunicación, que privilegian ciertos atentados en detrimento de otros, también aparece cuestionada ante ese Michaël Tronchon formado a base de novelas de Stephen King, lectura de libros sobre el periodo nazi y mucha, muchísima pobreza afectiva.

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