La Generalitat encarga con urgencia trajes de gala de 'mosso' para la parada de la Diada

Maragall quiere dar relieve a la celebración institucional del parque de la Ciutadella

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, tendrá una celebración institucional de la Diada de l'Onze de Setembre a su gusto. El parque de la Ciutadella de Barcelona se convertirá en unos pequeños Campos Elíseos con tribuna de autoridades, mástil para izar bandera y tropas a las que admirar. Maragall pasará revista, junto con el presidente del Parlament, Ernest Benach, a un contingente de 40 mossos d'esquadra, dentro de los cánones de la escenografía que requiere cualquier fiesta nacional que se precie. El Gobierno catalán ha encargado con este fin para los Mossos d'Esqua...

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El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, tendrá una celebración institucional de la Diada de l'Onze de Setembre a su gusto. El parque de la Ciutadella de Barcelona se convertirá en unos pequeños Campos Elíseos con tribuna de autoridades, mástil para izar bandera y tropas a las que admirar. Maragall pasará revista, junto con el presidente del Parlament, Ernest Benach, a un contingente de 40 mossos d'esquadra, dentro de los cánones de la escenografía que requiere cualquier fiesta nacional que se precie. El Gobierno catalán ha encargado con este fin para los Mossos d'Esquadra en torno a una cincuentena de uniformes de gala, aseguran diversas fuentes del Gobierno, que se están confeccionando este mes.

Maragall quiere una celebración por todo lo alto y así se prepara. El objetivo es dar el máximo relieve institucional a una Diada que todavía conserva muchos tics resistentes, a juicio del entorno presidencial. El presidente de la Generalitat trató en un primer intento de pactar una ofrenda floral conjunta a la estatua de Rafael Casanova. El objetivo era evitar los abucheos que reciben los políticos -según el grado de catalanismo o nacionalismo que profesen- de los grupos de personas apostados alrededor del monumento al que fue conseller en cap de Barcelona. Esos gritos a veces pasan a ser amenazas, sobre todo cuando el PP procede a depositar las flores a los pies de la imagen de Casanova.

Flancos que cubrir

La propuesta primigenia de Maragall no prosperó porque tanto Convergència como Esquerra prefirieron que se mantuviera el carácter actual. Pero este año la ofrenda tendrá en el acto institucional -que será televisado- un importante competidor en su lucha por el protagonismo mediático. De ahí la voluntad del presidente de la Generalitat de contar con una nutrida presencia de mossos. Pero la disponibilidad de trajes de gala en el Departamento de Interior no estaba a la altura de lo requerido por un día en que los flancos que cubrir son muchos: la estatua de Rafael Casanova, el Parlament, la Generalitat y la parada de 40 policías que se prepara en la Ciutadella. Fuentes de la policía autonómica aseguraron desconocer cuántos van a ser convocados para esa parada, que carece de precedentes en la historia de los mossos, pero si descartaron cualquier tipo de desfile, hecho que impide el carácter civil del cuerpo. El llamado escamot de gala es reclamado entre 20 y 30 veces al año para rendir honores a ilustres visitantes. Está integrado por voluntarios y cuenta con entre 50 y 60 uniformes de gala. "Es un orgullo para los mossos formar parte de este grupo", subraya Josep Guillot, subinspector del servicio de gala del cuerpo. La consejera de Interior, Monserrat Tura, aseguró ayer a este diario que el traje de gran gala de los mossos queda de su propiedad cuando se jubilan y que "por tanto es normal que se tengan uniformes para estas ocasiones".

La consejera de Interior, que no quiso precisar el volumen del encargo ni desvelar elementos de la celebración institucional, reiteró que la policía autonómica es un cuerpo civil y que no desfila, y destacó la vertiente histórica del uniforme, que procede del siglo XVII. Sombrero de copa, alpargatas, pistola reglamentaria y arma larga -un fusil tipo máuser puramente ornamental- constituyen los elementos más vistosos de este grupo que presentará armas a Maragall en el parque de la Ciutadella el 11 de septiembre.

Los presidentes de los grupos parlamentarios podrán admirar la parada desde lugar preeminente: la gran tribuna que se montará en la avenida conocida como de los Til.lers -la más larga-, que cruza el parque de la Ciutadella. La ceremonia durará entre 25 y 35 minutos. Maragall, con el presidente del Parlament, Ernest Benach, pasará revista a los efectivos policiales, escoltados desde una de las esquinas de la avenida por el entusiasta general de los voluntarios catalanes en la guerra de África Joan Prim i Prats. Junto a la vertiente marcial, la coral. La Polifònica de Puig-reig, la Coral Sant Jordi y el Orfeó Catalá tienen previsto entonar Els segadors -falta por precisar qué versión-, el Cant de la senyera -cuya letra, precisamente, es del gran Joan Maragall- y el Cant dels ocells.Queda por perfilar cómo se completará este repertorio y qué letra de Els segadors se impondrá: si la versión actual o la original del "segueu arran que la palla va cara!", que cantaban indignados los payeses sublevados que el 22 de mayo de 1640 llegaron a la entonces población -hoy barrio barcelonés- de Sant Andreu de Palomar para iniciar la revuelta de la Guerra dels Segadors.

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Los departamentos de Interior y Cultura -este último con la consejera Caterina Mieras al frente- se han ocupado junto con Presidencia del evento, en cuya organización quedan detalles por decidir. Las modificaciones que Maragall ha ido introduciendo a lo inicialmente pactado el 13 de julio acabarán de ser negociadas a finales de agosto. Pero Benach ya se ha desmarcado de ellas y ayer mismo, en declaraciones a Catalunya Ràdio matizó que será el presidente de la Generalitat quien comunicará esos pequeños cambios a los restantes grupos.

De momento, la jornada ya va camino de la notoriedad por la espuma política que ha generado. El presidente del Parlament ya suspendió la reunión que tenía previsto inicialmente celebrar el 24 de agosto, ante el plante del presidente del grupo de CiU, Artur Mas. El líder convergente dijo que no tiene tiempo que perder en conversaciones mientras no se resuelvan "los problemas de Cataluña".

Ahora será Presidencia la que deberá concretar los últimos flecos, la mayoría de los cuales son conocidos por las formaciones que acudieron el pasado 13 de julio a la reunión con los presidentes Maragall y Benach en el Parlament. Por ello el plante de Mas fue criticado por las restantes fuerzas políticas, y el propio presidente de la Cámara le recordó las obligaciones institucionales que tiene el máximo responsable de un grupo parlamentario cuando es convocado por el presidente de la Cámara.

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