Reportaje:

De huerta a escenario

Alcalá quiere que su histórica almunia albergue grandes espectáculos culturales

Alcalá vive hoy la víspera de la culminación de un proceso restaurador de su patrimonio histórico, emprendido hace veinte años. En este plazo, la ciudad complutense ha protagonizado una rehabilitación arquitectónica y urbana considerada ejemplar por los especialistas. La cantidad y la calidad de las actuaciones acometidas, sobre todo en el casco histórico, donde decenas de ámbitos, incluso paisajísticos, han sido restaurados, granjearon a la villa complutense su distinción mundial como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, en 1998, por parte de la Unesco.

Seis años después de aquel reconoc...

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Alcalá vive hoy la víspera de la culminación de un proceso restaurador de su patrimonio histórico, emprendido hace veinte años. En este plazo, la ciudad complutense ha protagonizado una rehabilitación arquitectónica y urbana considerada ejemplar por los especialistas. La cantidad y la calidad de las actuaciones acometidas, sobre todo en el casco histórico, donde decenas de ámbitos, incluso paisajísticos, han sido restaurados, granjearon a la villa complutense su distinción mundial como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, en 1998, por parte de la Unesco.

Seis años después de aquel reconocimiento internacional, Alcalá afronta la última fase del proceso con dos escenarios, aún abiertos, para culminarlo. Uno es el cuartel del Príncipe, una manzana de 50.000 metros cuadrados, situada junto a la universidad, que fue acuartelamiento de caballería y posteriormente sede de la Brigada Paracaidista. "Su reintegración al casco histórico complutense causará un profundo reacomodo de la almendra central", asegura Elisa de Francisco, concejal de Cultura.

La otra área que se integrará es la huerta del Obispo, un predio de 40.000 metros cuadrados, amurallado con piedra y ladrillo, de origen bajomedieval. Su perímetro fue recientemente escenario de la actuación del músico estadounidense Robert Zimmerman, más conocido como Bob Dylan. "Queremos convertir la huerta en un recinto abierto y permanente para grandes actuaciones de contenido cultural", explica De Francisco.

Esta gran plataforma de tapial es la única así perimetrada dentro de la ciudad, explica el arquitecto municipal Cristóbal Valhonrat, pionero en el proceso rehabilitador alcalaíno. Tiene ocho torretas que jalonan su circunferencia. "Sus muros y tapiales se hallan en buen estado, aunque se requerirían actuaciones restringidas a algunos paramentos para su adecuación plena", dice el arquitecto.

La fachada amurallada que mira a la avenida Complutense, que surca frente a la Puerta de Madrid, en su cruce con la calle de Andrés Saborit, fue recientemente rehabilitada y muestra un aspecto inmejorable. "Se ha conseguido un acceso al interior de la huerta que facilitará la logística de los grandes eventos aquí celebrados, explica la concejal De Francisco, que recuerda, años atrás, la actuación del tenor José Carreras y el Don Juan itinerante, cada 1 de noviembre, con "hasta siete escenarios para su representación dentro de la huerta.

"Aunque no hay nada decidido aún", explica la responsable municipal, "en la fase actual lo más urgente es consolidar sus infraestructuras, conducciones de suministros como electricidad, agua y servicios", destaca. La huerta del Obispo fue, durante siglos, el ámbito natural del contiguo palacio arzobispal, cuya torre de Tenorio se yergue desafiante con su remate de matacanes y de almenas, toda cubierta de yedra. Conserva una galería renacentista pese a quedar el palacio destruido por un incendio durante la Guerra Civil.

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