El fiscal exige que se retire tierra contaminada por radiactividad de unos terrenos en Moncloa

El ministerio público denuncia los efectos del escape que afectó a un solar en 1970

La Fiscalía de Madrid ha presentado una denuncia para que se investigue y se palíen los efectos de "la importante contaminación radiactiva" que aún hoy sufre una zona de Moncloa en la que se produjo un escape radiactivo en 1970. El accidente se localizó en las instalaciones que ocupa hoy el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat). Un informe del Ciemat, fechado el pasado marzo, revela que "no hay riesgo para la población", si bien admite que existe "una zona contaminada" pero que está vallada y bajo control.

La zona afectada se halla "entre los ed...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La Fiscalía de Madrid ha presentado una denuncia para que se investigue y se palíen los efectos de "la importante contaminación radiactiva" que aún hoy sufre una zona de Moncloa en la que se produjo un escape radiactivo en 1970. El accidente se localizó en las instalaciones que ocupa hoy el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat). Un informe del Ciemat, fechado el pasado marzo, revela que "no hay riesgo para la población", si bien admite que existe "una zona contaminada" pero que está vallada y bajo control.

La zona afectada se halla "entre los edificios números 13 y 53" de las instalaciones que el Ciemat ocupa en la avenida Complutense, en Moncloa. La fiscalía ha denunciado la situación ante los tribunales y exige que sean trasladados hasta el cementerio radiactivo de El Cabril (Córdoba) las tierras contaminadas -que ocupan un volumen aproximado de 50 camiones- para evitar que los agentes sigan filtrándose a los acuíferos.

La denuncia interpuesta por la Fiscalía de Medio Ambiente, que dirige Emilio Valerio, es fruto de un escrito que le remitieron trabajadores del Ciemat y está basada en un informe oficial que ha elaborado este organismo sobre los efectos que persisten del grave accidente radiactivo ocurrido en 1970 en parte de los terrenos sobre los que se asienta hoy el Ciemat y que entonces estaban ocupados por el Consejo de Energía Nuclear.

Diez metros cúbicos

El informe del Ciemat indica que "existe una contaminación importante en un área pequeña de unos 10 metros cúbicos, entre los edificios 13 y 53" y que en ese solar, a sólo 150 centímetros de profundidad, hay una capa de terreno contaminado por cesio 137 y estroncio 90". El Ciemat reconoce que tales elementos están "migrando" a zonas adyacentes y arraigándose en acuíferos. No obstante, subraya que los agentes radiactivos están muy diluidos y que "no hay riesgo para la población".

La fiscalía pidió al Ciemat en diciembre de 2003 que le aportase el citado informe. El Ciemat, dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología se lo remitió el pasado 4 de marzo; y también envió un escrito sobre el asunto firmado por la secretaria general de Relaciones Externas del Ciemat, Lucila Izquierdo. En ese escrito, Izquierdo admite que el informe existe y, como conclusión, destaca del mismo "que las cantidades encontradas de radionucleidos, de procedencia artificial, tanto en el interior como en el exterior del Ciemat [fruto del accidente de 1970], son despreciables desde el punto de vista de la protección radiológica".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El informe oficial data de 1995 y se titula La contaminación de una parte del subsuelo del Ciemat. En él se indica que el escape de líquidos radiactivos se produjo por la rotura de una tubería de comunicación de dos depósitos. Aquello produjo "un derrame de líquidos radiactivos, cuyos isótopos más significativos eran el cesio 137 y el estroncio 90". Los trabajadores del Ciemat informaron al fiscal de que este isótopo tarda en desintegrarse casi 300 años y que el mismo se intercambia con el calcio y lo sustituye en los huesos, en particular en la columna vertebral, hasta provocar leucemia.

El informe corrobora que en el accidente se fugaron de la tubería rota "53 litros" de líquidos radiactivos, de los que "40 salieron al exterior diluidos en el caudal de desagüe que vierte a la red fluvial del alcantarillado". En su recorrido, según el informe, los líquidos "alcanzaron la estación depuradora de La China, en el Manzanares; después el Jarama y, finalmente, el Tajo". Los restantes 13 litros "quedaron retenidos en el sistema de trasvase o se filtraron al terreno".

Por suerte, los vertidos radiactivos se diluyeron en los cauces de los ríos, lo que entonces evitó tener que adoptar medidas de protección para la población. No obstante, según el Ciemat, "algunas riberas de los ríos y canales de riego resultaron contaminados en diverso grado y hubieron de retirarse lodos y cultivos". El Ciemat señala que los cauces y lodos de los ríos antes citados siguen bajo control periódico y que no se han detectado "niveles de radiactividad impropios o anómalos". El informe añade: "En lo que respecta al interior del centro, la parte de los líquidos que se filtró al terreno produjo una contaminación oculta en el subsuelo que aún hoy subsiste, pero que no ha tenido ni tiene efectos radiológicos sobre el entorno, ni sobre los trabajadores del centro ni sobre la población".

Dentro de las instalaciones del Ciemat, en la zona que media entre los edificios 13 y 53, los estudios realizados sí manifiestan, según este organismo, "que hay una contaminación importante", dado que se han tomado muestras de tierra y agua y se observan concentraciones de cesio 137 y estroncio 90. Y es más: "Los núclidos situados a 150 centímetros de profundidad han migrado con las aguas de filtración en dirección oeste hacia el sur del edificio 53, contaminando el terreno en esa dirección", según la denuncia del fiscal.

Archivado En