Un alumno que saca un 10

Rechaza cualquier etiqueta que le aproxime al estereotipo del empollón. Pablo Arias Vecino, ovetense de 18 años, ha sido uno de los estudiantes que obtuvieron una calificación más elevada este año en las pruebas de selectividad para el ingreso en la Universidad. Optó por dos vías porque le gustan casi todas las materias, y aún no tenía muy claro en ese momento por qué carrera optar. En una, la de materias científico-técnicas, obtuvo un 9,7; en la otra, la de Ciencias de la Salud, un 9,9. Pero como su centro docente, el colegio concertado Amor de Dios, de Oviedo, recurrió algunas calificaciones...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Rechaza cualquier etiqueta que le aproxime al estereotipo del empollón. Pablo Arias Vecino, ovetense de 18 años, ha sido uno de los estudiantes que obtuvieron una calificación más elevada este año en las pruebas de selectividad para el ingreso en la Universidad. Optó por dos vías porque le gustan casi todas las materias, y aún no tenía muy claro en ese momento por qué carrera optar. En una, la de materias científico-técnicas, obtuvo un 9,7; en la otra, la de Ciencias de la Salud, un 9,9. Pero como su centro docente, el colegio concertado Amor de Dios, de Oviedo, recurrió algunas calificaciones, él se sumó a la petición y sus notas definitivas fueron, respectivamente, un 9,8 y un 10. Pablo, hijo único de padres trabajadores del popular barrio ovetense de Pumarín, ya había decidido para entonces cursar ingeniería química, donde tenía garantizado el acceso con una nota de 5,6.

"Nunca me costó estudiar y he tenido muchos sobresalientes durante la ESO y el bachiller, salvo en Educación Física; ahí soy negado. ¿Suspensos? Que yo recuerde, no tuve ninguno. Pero no soy el típico alumno que sólo piensa en los libros y en los exámenes", declara Pablo Arias. "De hecho, me cuesta bastante ponerme a estudiar para preparar los exámenes. Me da mucha pereza chapar. Y me cansa tener que memorizar. Prefiero hacer trabajos o todo aquello que haya que expresar por escrito o que te obligue a hacer ejercicios. Me cuesta más preparar un examen de Historia que de Matemáticas". Pero no por ello tiene objeciones a los métodos pedagógicos: "Yo nunca tuve problemas con los exámenes. Hombre, si los quitas, mejor. Pero si los quitan, ¿qué ponen?".

Este estudiante 10 no cree que un alumno haya de circunscribirse al estudio. La vida también está fuera. "Yo salgo mucho. Bueno, dentro de lo que puedo y de lo que me dejan. Pero salgo mucho, veo la televisión y leo. A veces, la televisión me quita tiempo para la lectura. Pero no vivo encerrado. Leo de todo un poco. Música, oigo la que ponen en la radio. Cuando me han regalado la entrada, también he ido a algún concierto de música clásica".

Pablo asegura que no acudió nervioso al examen. "Ya había elegido ingeniería química. Y como la nota de corte era un 5,6, iba tranquilo. Sin embargo, luego los nervios acaban aflorando".

Archivado En