Un país, dos Gobiernos y tres comunidades

La apertura del Viejo Puente, el Stari Most, que da nombre a la ciudad, no significa que hayan desaparecido las diferencias entre croatas, serbios y musulmanes de Bosnia-Herzegovina. El país está dividido en dos grandes entidades político-administrativas: la República de los Serbios de Bosnia y la Federación de Bosnia-Herzegovina, en la que conviven sin mezclarse musulmanes y croatas.

Aunque existe un Gobierno central, cada entidad política tiene su propio Gobierno y su propia administración: servicios postales diferentes, gestiones separadas del agua, las carreteras o la electricidad, ...

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La apertura del Viejo Puente, el Stari Most, que da nombre a la ciudad, no significa que hayan desaparecido las diferencias entre croatas, serbios y musulmanes de Bosnia-Herzegovina. El país está dividido en dos grandes entidades político-administrativas: la República de los Serbios de Bosnia y la Federación de Bosnia-Herzegovina, en la que conviven sin mezclarse musulmanes y croatas.

Aunque existe un Gobierno central, cada entidad política tiene su propio Gobierno y su propia administración: servicios postales diferentes, gestiones separadas del agua, las carreteras o la electricidad, como se acordó en los acuerdos de paz de Dayton de 1995 que acabaron con casi cuatro años de guerra civil.

La dispersión gubernamental da lugar a problemas de difícil solución. Un ejemplo: la carretera que une Banja Luka (la principal ciudad de la zona serbia) con Mostar (en la zona musulmano-croata) lleva meses derruida en un punto, pero los dos Gobiernos no se ponen de acuerdo sobre quién es competente para arreglarla.

Mostar, que hasta hace cuatro meses estaba dividida en seis municipalidades, depende ahora de un único ayuntamiento que no ha enterrado la división. La ciudad, de 100.000 habitantes, tiene un 55% de croatas, un 35% de musulmanes y un 10% de serbios, aproximadamente (no existe un censo).

Los croatas apenas cruzan a la parte musulmana, medieval, abandonada y atravesada por el río Neretva. Los musulmanes tampoco van a la parte croata, más moderna y con edificios aún enteramente derruidos. El sistema electoral de la ciudad obliga a elegir cupos de musulmanes, serbios y croatas.

Los candidatos a las elecciones tienen que revelar su origen étnico, aunque en ningún registro oficial se clasifica étnicamente a los ciudadanos de Bosnia.

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