Del consejero Luis Peral

Luis Peral, consejero de Educación de un Gobierno sospechoso como el de Esperanza Aguirre, representa a la derecha más intransigente y antidemocrática del Partido Popular. La derecha cuya cabeza visible es José María Aznar -el peor presidente de Gobierno que ha tenido España- y que se define por un discurso insultante, desabrido, ofensivo para el adversario político y siempre descalificador. Es la derecha que entiende la política como una guerra en la que no se hacen prisioneros.

La llegada de Peral y su equipo a la Consejería de Educación ha enturbiado de mala manera las tranquilas agu...

Luis Peral, consejero de Educación de un Gobierno sospechoso como el de Esperanza Aguirre, representa a la derecha más intransigente y antidemocrática del Partido Popular. La derecha cuya cabeza visible es José María Aznar -el peor presidente de Gobierno que ha tenido España- y que se define por un discurso insultante, desabrido, ofensivo para el adversario político y siempre descalificador. Es la derecha que entiende la política como una guerra en la que no se hacen prisioneros.

La llegada de Peral y su equipo a la Consejería de Educación ha enturbiado de mala manera las tranquilas aguas de la educación madrileña. Es claro que ni política ni ideológicamente aguanta comparación alguna con sus antecesores en el cargo (Gustavo Villapalos y Carlos Mayor Oreja).

El consejero se afana en demostrarnos cada día su imprudencia, su incapacidad política y su desconocimiento de la realidad educativa tanto española como madrileña. No sólo se ha convertido en el mejor empresario de la privada, sin que los empresarios de la privada se lo hayan pedido, sino que no domina ninguna de las claves propias del sistema educativo madrileño. No sabemos a quién representa Peral. Tampoco sabemos de dónde le viene esa euforia que le hace defender, de forma constante, a la enseñanza privada y denostar -injuriar gravemente- permanentemente a la enseñanza pública, a sus profesionales y a sus usuarios.

Posiblemente Peral sea el presidente ideal para cualquier patronal ultra, pero como consejero de Educación muestra día a día su incompetencia. Ha embrocado completamente todos los niveles educativos de la enseñanza madrileña. Sus decisiones son "extrañas", ajenas a cualquier criterio que no sean los estrictamente ideológico y político; apostando por un modelo de educación totalmente reaccionario y selectivo.

Para colmo de males, es un incompetente. Es decir, por una parte no se da por aludido en los asuntos que como consejero le competen o incumben; por otra, desconoce por completo el ámbito de la enseñanza.

No tiene gestión que presentar, porque no ha realizado ninguna gestión. Si de algún resultado positivo se puede hablar, éste es producto del Acuerdo Educativo de Madrid, firmado en 1999 entre Comisiones Obreras (CC OO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), sindicatos sectoriales y asociaciones y anterior Gobierno del Partido Popular. No sabemos de qué se ríe Peral.