Un atentado paraliza parte de la exportación de crudo iraquí

La insurgencia aumenta la presión sobre el Gobierno transitorio iraquí a dos semanas de la ceremonia de transferencia de poder. El ministro de Petróleo, Thamir Ghadhban, confirmó ayer un doble sabotaje en el oleoducto que nutre la terminal de Basora, en el sur. El ataque, ocurrido el lunes, ha obligado a recortar las exportaciones en dos tercios, de 1,6 millones a medio millón de barriles. Las reparaciones tardarán 10 días.

El atentado contra la principal fuente de riqueza destinada a financiar la reconstrucción se produce después de cuatro días especialmente violentos en Bagdad. Entre ...

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La insurgencia aumenta la presión sobre el Gobierno transitorio iraquí a dos semanas de la ceremonia de transferencia de poder. El ministro de Petróleo, Thamir Ghadhban, confirmó ayer un doble sabotaje en el oleoducto que nutre la terminal de Basora, en el sur. El ataque, ocurrido el lunes, ha obligado a recortar las exportaciones en dos tercios, de 1,6 millones a medio millón de barriles. Las reparaciones tardarán 10 días.

El atentado contra la principal fuente de riqueza destinada a financiar la reconstrucción se produce después de cuatro días especialmente violentos en Bagdad. Entre el viernes y el sábado, la resistencia asesinó a dos altos cargos del Gobierno y el domingo y el lunes hizo explotar sendos coches bombas que causaron la muerte de 25 personas, al menos cinco de ellos extranjeros que trabajaban para General Electric. El atentado fue reivindicado por Al Qaeda.

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Por otra parte, el presidente del Gobierno transitorio, Ghazi Al Yauar, sorprendió ayer al decir que el clérigo radical chií, Múqtada al Sáder, podría tener un papel en el futuro inmediato de Irak y presentarse a las elecciones de 2005 si transforma su milicia en un partido político. Este clérigo, enfrentado a tiros con los países ocupantes, cuenta con un importante apoyo popular en el sur y en la capital.

El presidente de EE UU, George W. Bush, aseguró ayer que no se opondrá a la rehabilitación de Al Sáder, aunque sus generales tratan de capturarlo "vivo o muerto" y llevan meses sosteniendo durísimos combates con su milicia en las ciudades santas de Kufa y Nayaf.

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