Reportaje:Aulas

"Hay que quitarla"

Cuatro estudiantes sevillanas de Derecho rememoran su paso por las pruebas de acceso a la universidad del año 2000

El patio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla se ha convertido estos días en el punto de encuentro de numerosos estudiantes que preparan los últimos exámenes universitarios antes de las vacaciones de verano. Alumnos que van de la biblioteca a la cafetería y que se toman un respiro, como cuatro estudiantes de Derecho que ya pasaron por el trago de la Selectividad y que cuentan cómo vivieron la experiencia. Todas se presentaron en el año 2000 y rememoran los momentos sin ninguna nostalgia. Y viendo la prueba con mucha tierra de por medio, tres de ellas afirman que sustituirían ...

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El patio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla se ha convertido estos días en el punto de encuentro de numerosos estudiantes que preparan los últimos exámenes universitarios antes de las vacaciones de verano. Alumnos que van de la biblioteca a la cafetería y que se toman un respiro, como cuatro estudiantes de Derecho que ya pasaron por el trago de la Selectividad y que cuentan cómo vivieron la experiencia. Todas se presentaron en el año 2000 y rememoran los momentos sin ninguna nostalgia. Y viendo la prueba con mucha tierra de por medio, tres de ellas afirman que sustituirían la Selectividad por unos exámenes específicos en cada facultad.

"Fue una época un poco chunga, no tanto por la prueba en sí sino por la presión, no estás acostumbrada y piensas que te lo estás jugando todo." Julia Bañales, sevillana de 21 años, recuerda los tres días de exámenes con nervios, mucho calor y malos resultados. "Hice las pruebas en la Universidad Pablo de Olavide, todo el día sin aire acondicionado, en Lengua y Comentario de Texto saqué 1, aunque luego reclamé y me pusieron un 2". A pesar de estos números, Julia Bañales aprobó, aunque la nota media que llevaba del Bachillerato le bajó mucho, más de dos puntos, y no pudo estudiar la licenciatura conjunta de Derecho y Empresariales.

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"Ahora, cuatro años después, no me arrepiento de haber hecho Derecho, me he dado cuenta de que a mí la empresa no me va", explica optimista. A su lado, Cristina García Agulló, de 21 años, relata la experiencia de forma opuesta, mucho menos dramática. "Yo pasé la presión en COU, durante el último curso en el Instituto Herrera me exigían mucho, después las pruebas me parecieron fáciles y saqué la misma nota que llevaba, un ocho". La estudiante, con una trayectoria brillante, cuenta que siempre quiso estudiar Derecho y que al saber que la nota de corte no era muy alta no se puso nerviosa los días de los exámenes. "Aunque había que tener cuidado para no equivocarse, recuerdo que en el comentario de texto nos pusieron un anuncio de las Fuerzas Armadas y nos pedían que escribiéramos sobre la mili, intenté no tomar partido ni por un lado ni por el otro, que era lo que nos habían aconsejado los profesores".

Pepa Cubiles, de 22 años, recuerda en cambio que "se reía de los nervios" y que lo que más le llamó la atención fue que tuvo que presentar el Documento Nacional de Identidad y que había que escribir sobre folios verdes. "Al principio estaba agobiada, tienes la sensación de hacerte mayor, es la primera vez que sales del colegio aunque como me acompañó mi padre no tuve miedo". María Gutiérrez, estudiante de 22 años, tampoco pasó muchos nervios a pesar de llegar tarde el primer día de exámenes.

"Aunque no soy nada nerviosa, me impresionó el primer día porque me equivoqué de aula, me llamó un amigo al móvil y me gritó: ¿dónde estás desgraciada?, que te están llamando y no apareces'; me había equivocado de aula". También cuenta que pasó mucho calor. "Las pruebas eran en los sótanos de la Facultad de Ingenieros de Sevilla, en unos garajes antiguos, fue horroroso".

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De las cuatro alumnas, tres están de acuerdo en que habría que suprimir la Selectividad. "Hay que quitarla y hacer pruebas específicas en las facultades donde se quiera estudiar, no es justo que te juegues en tres días cuatro años de estudios", señala Cristina, partidaria como sus compañeras de cambiar la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (Loce). "Sólo hay que fijarse en nuestros hermanos pequeños para ver que es un desastre, no estudian nada y cada vez saben menos", concluye Cubiles.

LA TERCERA VEZ: "Estoy muy relajada"

Lidia Martín, de 18 años, alumna del IES Velázquez de Sevilla , repite por tercera vez la Selectividad. Aunque ya aprobó el pasado mes de septiembre, se vuelve a presentar porque quiere subir nota para estudiar Periodismo.

Comenta con sorna que en la universidad Pablo de Olavide de Sevilla ya la conocen todos los profesores que vigilan la marcha de las pruebas y que no está nada nerviosa. "Es la tercera vez que hago el examen y ya estoy acostumbrada". En su casa la han animado a que se vuelva a presentar para conseguir la nota de corte y estudiar la carrera deseada. "Y en el instituto tampoco suena raro que repita la prueba porque soy la más joven de mi clase", recalca. Se ha estado preparando todo el año en una academia y confiesa que no es amiga de los libros. "Soy de poco estudiar", aclara. En los últimos días antes de los exámenes no ha roto su rutina diaria: estudiar tres horas por la mañana y salir un rato por las tardes. La triple experiencia le permite dormir de un tirón y estar "muy relajada".

LA PRIMERA VEZ: "Que pase rápido"

Enrique García, de 17 años, alumno del IES Albert Einstein de Sevilla, se presenta por primera vez a las pruebas de Selectividad. Con la tez blanca y con ojeras marcadas, confiesa estar "muy nervioso".

Su objetivo es conseguir una buena nota para estudiar la carrera de Medicina o Ingeniería Química. Duerme "regular" y cuenta con voz cansada que por las mañanas se levanta hacia las nueve y que se acuesta a las once y media de la noche. Durante el día dice que estudia más de seis horas diarias.

Más delgado, a pesar de no haber cambiado sus hábitos alimentarios, sigue atento los consejos de los profesores de la Universidad Pablo de Olavide que explican a los alumnos que se van a presentar a los exámenes desde el horario hasta cuántos huecos libres hay que dejar entre los alumnos que se sienten a partir de hoy martes en las aulas. Acompañado por una amiga, afirma que quiere estudiar en alguna universidad de su ciudad natal, Sevilla, y que espera que el mal trago de los tres días de exámenes "pase rápido".

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