Hablemos de torturas
A estas alturas ya no me sorprende la actitud mezquina del PP de sacar los trapos sucios del pasado histórico del PSOE cada vez que se sienten acorralados y sin argumentos.
Ahora es Mayor Oreja el que, ante el vergonzoso papel que Aznar, el "indiscutible ideólogo" del PP, está haciendo en su particular paseo americano, estrechando las manos de sus amigos, los responsables de las torturas en Irak, quiere desviar la atención del electorado y apunta el ventilador hacia un asunto cerrado y juzgado como el GAL.
Afirma el candidato del PP a las elecciones europeas que Borrell no es qui...
A estas alturas ya no me sorprende la actitud mezquina del PP de sacar los trapos sucios del pasado histórico del PSOE cada vez que se sienten acorralados y sin argumentos.
Ahora es Mayor Oreja el que, ante el vergonzoso papel que Aznar, el "indiscutible ideólogo" del PP, está haciendo en su particular paseo americano, estrechando las manos de sus amigos, los responsables de las torturas en Irak, quiere desviar la atención del electorado y apunta el ventilador hacia un asunto cerrado y juzgado como el GAL.
Afirma el candidato del PP a las elecciones europeas que Borrell no es quién para decidir de qué torturas se puede hablar y de cuáles no. De acuerdo, si de hacer historia se trata, hablemos, señor Mayor Oreja, si le parece, de las vejaciones, torturas y ejecuciones practicadas durante cuarenta años -y nunca juzgadas ni penadas- por la dictadura de Franco, algunos de cuyos ministros, como Manuel Fraga, son hoy mismo líderes indiscutibles del PP.